Brotes de Neumonía, por qué Suceden?

Cuando va finalizando una temporada, nos encontramos con la novedad de un inesperado crecimiento de casos relacionados con la neumonía en personas con discapacidad. La neumonía es mucho más frecuente de lo que se suele pensar. Puede estar causada por diversos agentes infecciosos, entre los que destaca la bacteria conocida como #neumococo. La gravedad se relaciona con la edad, pero no exclusivamente.

Conocer los factores implicados en su gravedad y qué personas tienen más riesgo son las claves para aumentar la supervivencia. Esta patología constituye la primera causa de muerte por enfermedad infecciosa y afecta anualmente a entre 2 y 5 adultos por cada 1.000 habitantes. Se trata de una inflamación del pulmón debida a un agente infeccioso (bacterias, virus, hongos). s. Entre los diversos virus que pueden estar implicados, cabe citar el de la #gripe y, últimamente, el coronavirus SARS-CoV-2. Los expertos puntualizan que las neumonías en pacientes con #gripe se deben casi siempre a una coinfección bacteriana, mientras que las producidas por el propio virus gripal son mucho más raras y se dan principalmente en pacientes especialmente vulnerables, como los que tienen problemas de defensas (inmunodeprimidos).

Los brotes de neumonía pueden ocurrir debido a la propagación de microorganismos infecciosos que afectan los pulmones. La neumonía es una inflamación de los tejidos pulmonares generalmente causada por infecciones bacterianas, virales u hongos. Los brotes pueden tener diversas causas, y algunas de las razones más comunes incluyen:

Agentes Infecciosos: Los microorganismos causantes de neumonía, como bacterias (por ejemplo, Streptococcus pneumoniae), virus (como el virus de la gripe o el virus respiratorio sincitial) o hongos (como Candida o Aspergillus), pueden propagarse fácilmente entre las personas en ambientes cerrados, como hogares, escuelas o instituciones de cuidado de la salud.
Contacto cercano: La neumonía es a menudo contagiosa y puede transmitirse de persona a persona a través de gotas respiratorias expulsadas al toser o estornudar. La cercanía física y la falta de medidas preventivas, como el lavado de manos y el uso de mascarillas, pueden facilitar la propagación.
Condiciones de hacinamiento: Los lugares con condiciones de hacinamiento, como cárceles, albergues, instituciones de atención a largo plazo y lugares donde las personas viven en estrecha proximidad, son propensos a la propagación rápida de infecciones respiratorias, incluida la neumonía.
Factores ambientales: La exposición a contaminantes ambientales, como el humo del tabaco, contaminantes del aire o la inhalación de sustancias tóxicas, puede aumentar el riesgo de infecciones respiratorias y brotes de neumonía.
Condiciones subyacentes: Personas con sistemas inmunológicos debilitados debido a enfermedades crónicas, tratamientos médicos (como la quimioterapia) o edad avanzada son más susceptibles a desarrollar neumonía y pueden estar en mayor riesgo durante brotes.

La prevención de los brotes de neumonía implica prácticas de higiene adecuadas, vacunación contra enfermedades infecciosas prevenibles, promoción de un ambiente saludable y medidas para controlar la propagación de infecciones en entornos comunitarios y de atención médica.

Factores de Riesgo:

Cuestiones de Edad: Los extremos de edad, especialmente los niños menores de 2 años y los adultos mayores de 65 años, tienen un mayor riesgo de desarrollar neumonía. En esos extremos de la vida, es decir, en la vejez y la niñez, la neumonía supone un mayor peligro para la vida.
Enfermedades Crónicas: Individuos con enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardíacas o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (#EPOC) son más susceptibles.
Sistema Inmunológico Debilitado: Las personas con sistemas inmunológicos debilitados, ya sea por medicamentos inmunosupresores o condiciones como el #VIH, son más vulnerables. Sufrir enfermedades que afectan al sistema inmune puede aumentar el riesgo de neumonía grave y no solo por neumococo, sino por otros gérmenes menos habituales que no causan ninguna patología al resto de la población.

2. Síntomas:

Los síntomas de la neumonía incluyen fiebre, tos, dificultad para respirar, dolor en el pecho, fatiga y, en algunos casos, expectoración de esputo con sangre.

3. Prevención:

Vacunación: La vacunación contra la gripe y la vacuna antineumocócica puede reducir significativamente el riesgo de neumonía, especialmente en grupos de alto riesgo.
Higiene Personal: Lavado de manos frecuente, uso de pañuelos desechables al toser o estornudar y evitar el contacto cercano con personas enfermas.

4. Tratamiento:

El tratamiento varía según la causa de la neumonía. Las infecciones bacterianas pueden requerir antibióticos, mientras que las virales pueden mejorar con antivirales. El descanso y el tratamiento sintomático también son importantes.

5. Brotes Específicos:

Brotes de Neumonía Viral: En casos de brotes virales, como la gripe, las medidas de control incluyen cuarentenas, distanciamiento social y promoción de la vacunación.

6. Impacto en la Salud Pública:

Los brotes de neumonía pueden tener un impacto significativo en la salud pública, especialmente en situaciones de emergencia o pandemias.

7. Investigación Continua:

La investigación continua en #microbiología y #epidemiología es esencial para comprender y abordar nuevos patógenos y cepas resistentes a los medicamentos.
El agente causal de la neumonía no siempre constituye un indicador de su gravedad, sobre todo si se tiene en cuenta que la mayoría de los casos se deben a una única bacteria. Por eso, para aventurar el pronóstico hay que considerar otros factores. Entre ellos, el contexto o lugar en el que se contrae la infección.

Neumonía intra y extrahospitalaria

Se puede hablar de dos tipos bien definidos de neumonías: extrahospitalaria (o adquirida en la comunidad) e intrahospitalaria (también llamada nosocomial). Esta última se manifiesta transcurridas 72 horas o más del ingreso del paciente en el hospital y habitualmente es más grave por diversos motivos que se resumen en dos: los pacientes hospitalizados están en peores condiciones que la población general y las bacterias que se contraen en el hospital suelen ser más virulentas. En el hospital, según los profesionales, se produce una selección natural de las cepas bacterianas más resistentes a los antibióticos.

Factores asociados a la mortalidad por neumonía

En general, la tasa de mortalidad en pacientes tratados de forma ambulatoria es inferior al 1%, mientras que entre los que requieren hospitalización oscila entre el 5% y el 15% y llega hasta el el 20% o, incluso, el 50% en los pacientes que han sido ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

Existen varios factores de riesgo que se asocian con la mortalidad en pacientes con neumonía:

Bacteriemia o presencia de microorganismos en la sangre.
El ingreso en la #UCI.
Padecer enfermedades crónicas.
Que la neumonía sea causada por un patógeno resistente a los antibióticos (Staphylococcus aureus, Pseudomonas aeruginosa, Enterobacteriaceae…).

Cómo prevenir la neumonía y su agravamiento

Un neumólogo hospitalario siempre ofrece los siguientes consejos para prevenir la #neumonía y, una vez contraída, mejorar su pronóstico:

Llevar un estilo de vida saludable: Dieta mediterránea, no fumar, reducir el consumo de alcohol.
Favorecer la expulsión de mucosidad.
Seguir los tratamientos crónicos a rajatabla

Por otro lado, las neumonías hospitalarias pueden estar causadas por #enterobacterias -que representan un problema de salud pública debido a su facilidad de transmisión y dificultad de tratamiento- e, incluso, pueden ser polimicrobianas.

Es fundamental mantenerse informado sobre las recomendaciones de salud pública y seguir prácticas de prevención para reducir el riesgo de #neumonía, especialmente en situaciones de #brotes o #epidemias. Las autoridades de salud pública desempeñan un papel crucial en la gestión y control de estos eventos. Esa tarea también merece nuestro acompañamiento.

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