Acupuntura, masajes y atención al cuerpo alivian los dolores crónicos y reducen el consumo de medicamentos.

Sentir dolor es perjudicial, tener que convivir con el, puede ser aún peor. Para acabar con la molestia, la gente suele recurrir a las píldoras debido a la practicidad.   Sin embargo, estudios mostraron que la mente, junto con otras técnicas no farmacológicas, puede ser una poderosa herramienta en el tratamiento de dolores agudos y crónicos. Con las llamadas terapias complementarias e integrativas, es posible controlar y aliviar el dolor a fin de tener una calidad de vida mejor. Algunas de ellas son bien conocidas: acupuntura, masoterapia, danza y reflexología, por ejemplo.

Mientras que la atención plena se dirige a identificar las señales que el cuerpo emite (un dolor de cabeza puede ser el resultado de tensión de los músculos de la cara), la TCC enseña a reestructurar la forma en que pensamos los problemas. Las prácticas integrativas preparan el organismo y la mente de las personas para mostrar su importancia en el entorno. Es mucho más fácil absorber la energía que te reequilibra con los canales de energía abiertos.

El Colegio Americano de Médicos en los Estados Unidos, publicó nuevas directrices para el tratamiento del dolor de espalda. Entre las recomendaciones están el calor superficial, masajes, acupuntura, rehabilitación, tai chi y yoga.

Una vez que el consumo constante de remedio puede provocar el efecto rebote, en que el propio médicamente causa dolor y dosis cada vez más altas son necesarias, las terapias complementarias vienen como métodos poco o nada invasivos y libres de drogas.

El Estado a través del Ministerio de Salud debería ofrecer prácticas complementarias del Sistema Único de Salud, formando parte de la política nacional de prácticas integrativas y complementarias del sistema y plenamente dirigidas a la cura y prevención de enfermedades. Los tratamientos terapéuticos se basan en conocimientos tradicionales.

Estos tratamientos pueden actuar en conjunto con la medicina tradicional, pero también buscan reducir el consumo de fármacos y la automedicación. Cada uno actúa de una manera determinada, pero tienen una característica común: piensan en la prevención, el tratamiento del desequilibrio individual.

A partir del entendimiento de la persona como un ser completo y lleno de energías, las terapias complementarias trabajan con el reequilibrio de la esencia energética del cuerpo. Aunque el término "energías" pueda remitir un campo alternativo y no factual, María Belén explica que, siendo formados por átomos, somos cargados de energías positivas y negativas. Estas, cuando se eliminan, alivian el dolor.

De acuerdo con un estudio publicado  en Journal of the American Medical Association , sobre técnica de reducción de estrés basado en la plena atención y la terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser más eficaz que la atención tradicional en el tratamiento del dolor de espalda.

Autocura a través del tacto. Otra técnica que permite tratar enfermedades sin medicamentos y de forma poco invasiva es la microfisioterapia. Por medio de pequeños toques, el especialista evalúa lo que se llama ritmo vital de los tejidos, órganos o sistemas del cuerpo. A partir de la identificación del problema, el cuerpo es 'orientado' para reconocer al agresor y regularse solo.

El terapeuta  trabaja con la técnica y explica que los toques se basan en un mapa del cuerpo, a partir del cual se busca identificar lo que no está funcionando bien en el organismo. A diferencia del método tradicional que a veces busca tratar sólo el síntoma, esta terapia busca la causa del problema.

La micro es más investigativa, va en la causa, que puede ser una emoción, un trauma mecánico o una infección. La técnica puede ser mejor entendida cuando se habla de enfermedades psicosomáticas, o sea, causadas por condiciones psicológicas que no fueron verbalizadas.

Todo trastorno del cuerpo puede ser tratado a partir del ritmo específico de cada síntoma. No va a sanar todo, pero va a ayudar al cuerpo a reconocer y tener más vitalidad para que se regule de nuevo.

La microfisioterapia también puede actuar junto con métodos convencionales. Si la persona no tiene el resultado deseado, la técnica ayuda al cuerpo a tener más vitalidad para adherirse al tratamiento. Por la experiencia de Akiyama, los casos con mejores resultados son dolores crónicos, enfermedades autoinmunes, dolores de espalda, migraña, gastritis y problema en el intestino.