Diseñan una aplicación que usa inteligencia artificial para la detección y diagnóstico temprano de un ACV. Luego de sufrir un ACV en carne propia, Federico Sedevich, UN RECONOCIDO personal trainer, se dedicó al desarrollo de una app que ayude a una detección y abordaje inmediatos de esta afección. Estaba entrenando en un gimnasio cuando notó algo extraño al mirarse en el espejo: tenía una pupila mas dilatada que la otra. Sabía que eso era indicador de algo grave y se dirigió inmediatamente al Sanatorio Allende, donde le confirmaron que estaba sufriendo un Accidente Cerebrovascular (#ACV). Gracias a la rapidez con la que acudió al centro de salud, los médicos pudieron salvarle la vida.
Esta experiencia llevó a Federico a pensar cuántas personas pasarían por la misma situación y terminarían fallecidas o con una invalidez severa por no atenderse a tiempo. Analizando cómo ayudar fue que se enfrascó en el desarrollo de “ACV.ar” una aplicación para la detección y diagnóstico temprano del #ACV.
Un accidente vascular cerebral ocurre cuando al cerebro le falta riego sanguíneo. Gran parte de ellos son causa de un bloqueo abrupto de las arterias cerebrales. Debido a que la sangre transporta los nutrientes y el oxígeno al cerebro, las células cerebrales se lesionan y pueden morir.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el ACV representa la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad en adultos a nivel mundial. Por año, 15 millones de personas sufren un ACV y de ese total cinco millones de mueren mientras que un 30% queda con una discapacidad permanente. En la Argentina, se estima que una persona sufre un ACV cada cuatro minutos y que mueren alrededor de 20.000 personas por año.
Un #ACV puede ocurrir de forma muy rápida, y su detección puede reducir las secuelas drásticamente si se actúa con urgencia dentro de las primeras cuatro horas y media. Los síntomas suelen ser dolor de cabeza repentino sin causa aparente; dificultad para hablar, para expresarse y ser entendido; pérdida brusca de movilidad o fuerza en media parte del cuerpo como la cara, brazos o piernas; sensación de vértigo, inestabilidad, desequilibrio y confusión repentina.
“Yo no sabía nada sobre los síntomas del ACV pero identifiqué que algo raro me estaba pasando porque tenía las pupilas de diferente tamaño, algo que médicamente se llama anisocoria. Yo sabía conceptualmente que las asimetrías en el cuerpo vienen de problemas neurológicos y por eso me alarmé”, contó Sedevich.
Entre las secuelas que pueden quedar luego de este trastorno podemos mencionar dificultades en el habla, asimetría facial, debilidad en un brazo, fuertes dolores de cabeza, pérdida de visión de un ojo y dificultades para caminar.
“La aplicación va en línea con el propósito de concientización y sensibilización de estas jornadas. Mi neuróloga está a cargo de estas capacitaciones y cuando le conté que estaba trabajando en esto me invitó a contar sobre el proyecto. La idea es acompañar la iniciativa”, explicó Sedevich.
Un #ACV puede ocurrir de forma muy rápida, y su detección puede reducir las secuelas drásticamente si se actúa con urgencia dentro de las primeras cuatro horas y media. Los síntomas suelen ser dolor de cabeza repentino sin causa aparente; dificultad para hablar, para expresarse y ser entendido; pérdida brusca de movilidad o fuerza en media parte del cuerpo como la cara, brazos o piernas; sensación de vértigo, inestabilidad, desequilibrio y confusión repentina.
“Yo no sabía nada sobre los síntomas del #ACV pero identifiqué que algo raro me estaba pasando porque tenía las pupilas de diferente tamaño, algo que médicamente se llama anisocoria. Yo sabía conceptualmente que las asimetrías en el cuerpo vienen de problemas neurológicos y por eso me alarmé”, contó Sedevich.
Entre las secuelas que pueden quedar luego de este trastorno podemos mencionar dificultades en el habla, asimetría facial, debilidad en un brazo, fuertes dolores de cabeza, pérdida de visión de un ojo y dificultades para caminar.
Federico estuvo cinco meses internado en rehabilitación en Buenos Aires y cuando volvió a su ciudad, Córdoba, siguió el proceso de forma ambulatoria. Cognitivamente está bastante recuperado pero mantiene una hemiplejia en el lado izquierdo de su cuerpo. Con dificultad pudo recobrar la capacidad de caminar ayudado por un bastón, pero todavía con alto riesgo de caída. “He quedado con alguna dificultad motriz y todavía no pude volver a trabajar pero estoy vivo, así que agradecido”, admitió.