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Alamesa, el Restaurante con personal Neurodiverso Dinámico.

por: Redacción Inclusivo
 |  Hastag Urbano

#Alamesa es un restó que  nació como una #antiterapia.   Abrió sus puertas a todas luces con su estratégica ubicación de  Maure 1643, zona de Las Cañitas. Es pionero en América Latina y, en sus redes, desde Argentina, notifican que todo será más sencillo escaneando el código QR para reservar, ordenar la comida, la sal, el café, los postres y, por supuesto, pedir la cuenta y pagar.  Su staff incluye a personas con diferentes tipos de discapacidad cognitiva. #Alamesa es un restaurante en el que trabajan 40 chicos y chicas neurodiversos de entre 18 y 40 y pico de años que hacen absolutamente todas las tareas para lograr una verdadera integración social, para las que fueron entrenados durante casi dos años.  Tiene fines de lucro pero también funciona como espacio terapéutico y abre un camino de integración real. El infectólogo Fernando Polack, impulsor de la idea, cuenta cómo surgió el proyecto y cómo funciona la incorporación de los chicos en un emprendimiento que pretende ser rentable y duradero. Ya  abrió  sus puertas “Alamesa”, y vos que esperás para ejecutar tu reserva?

Polack dirigió en la Argentina el estudio que le permitió al laboratorio #Pfizer lanzar la primera vacuna del mundo contra el Covid-19. Luego participó en otro estudio para probar la vacuna contra el virus sincicial respiratorio, la materia que estudió durante más de 20 años. "Este  es un proyecto que va a cambiar la suerte de miles y miles de chicos, y no por medio de terapia alguna”. Ese proyecto tiene nombre y es una realidad: #Alamesa. Es un restaurante que abrió sus puertas y tiene una característica singular: "allí trabajan 40 chicos y chicas neurodiversos, un adjetivo que incluye a quienes están dentro del espectro autista, a chicos nacidos muy prematuros con algún grado de compromiso madurativo y a otros jóvenes con desafíos no totalmente caracterizados". "Es un espacio donde realizan ellos y solamente ellos las tareas cruciales, las que importan, las que hacen al corazón del emprendimiento”.

 “Varios temores nos acechan a los padres de jóvenes con neurodiversidad y esos miedos se intensifican una vez que los chicos pierden el espacio simbólico que les da la inserción escolar" . "El primero de esos miedos es la incertidumbre que intuimos en el futuro de nuestros hijos cuando nosotros no estemos más". "Y de ese temor habla todo el mundo". "Pero la mayor angustia, rara vez verbalizada, es ver a nuestros hijos ingresar en la edad adulta hacia un larguísimo devenir sin propósito claro". "Nos deslizamos con ellos a la interminable postergación de la adultez, a la carencia de trabajo real y, por ello, a la falta de inserción en la imparable rueda de la vida en sociedad".     "Los jóvenes con neurodiversidad, sentados a un costado del círculo productivo de la vida, devienen eternos niños postergados”.  "Nuestro cambio de paradigma es la decisión de pensar e instrumentar la integración desde los jóvenes, entendiendo su lenguaje y su mirada". 

 “En Alamesa -dice Polack- despachamos un menú diseñado por el chef Takehiro Ohno, desde una cocina que no utiliza fuego, ni cuchillos, ni balanzas y hace universal la vieja sentencia del ratoncito de Ratatouille: ´No todo el mundo puede idear un menú, pero todo el mundo puede cocinar´. Cada plato se sirve en vajilla de un color que es idéntica al color de todos los frascos de ingredientes que conforman esa preparación. Por ejemplo, para una milanesa de lomo con papas fritas se usa un plato bordó, del mismo color que los frascos de pan rallado, huevos, harina, etc., etc., que permiten la producción de esa comida para la semana. Son carriles de 12 colores, para 12 platos”. “Nuestras estrategias nos permiten competir de igual a igual con restaurantes de primer nivel en nuestra área de especialidad, generando un emprendimiento rentable". Porque para navegar entre las representaciones del imaginario colectivo, Alamesa debe ser rentable. Y transformarse así en una experiencia reproducible en cada rincón del mundo, donde miles de chicos con  discapacidad y sus familias espían con angustia el futuro. "Nuestro programa deshace la idea de que las personas con ‘otro’ entendimiento de nuestro mundo, solamente pueden realizar tareas menores, simples y banales, y que no se puede esperar de ellos un servicio de excelencia”, señala el médico".  "Los platos son diseños espectaculares de la ceramista Natalia Marín y esconden muchos secretos funcionales que facilitan el trabajo de los chicos". "Los sistemas informáticos, en parte, están pensados de cero, según las necesidades particulares del lugar”, dice Polack. “Esto facilita el emplatado y -a través de distintos carritos especialmente diseñados con códigos de letras y colores- el servicio al cliente”, explicó el dr Polack.

Lo que hace unos años empezó como una idea difícil de desarrollar, comenzó a funcionar para el público. Pero antes se inició puertas adentro. "Los 40 trabajadores del restaurante realizan desde hace tiempo sus capacitaciones según sus tareas asignadas y a partir de ello surgió algo que puso contentos a todos". Cuando Polack lo cuenta se le dibuja una sonrisa en la cara: “Lo más extraordinario se nos ha escapado de las manos". #Alamesa es, ante todo, una fiesta". "Y no, únicamente, por la enorme potencia vital que invade a los pibes al ser parte de un emprendimiento donde ellos son los actores clave". "Hoy, a la salida del trabajo o los fines de semana, los jóvenes que trabajan allí se juntan para ir al cine, jugar al bowling, hacer karaoke, ir a una plaza o tomar un helado entre amigos". "Algo que, como la sociedad sólo lo facilita para las mayorías de gente típica, sin estos desafíos, les era muy difícil armar". "Y eso, es vivir la vida a pleno”.

Las reservas se hacen a partir de la cuenta de Instagram @alamesaresto .



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