Para facilitar que las personas con discapacidad viajen entre los Estados miembros, la #UE está elaborando un sistema voluntario de reconocimiento mutuo de la condición de discapacidad y determinadas ventajas asociadas, articulado alrededor de una Tarjeta Europea de Discapacidad.
En la actualidad, no existe un reconocimiento mutuo de la discapacidad entre los Estados miembros de la UE. Esto provoca dificultades para las personas con discapacidad, ya que las tarjetas nacionales que acreditan su situación pueden no estar reconocidas en otros Estados miembros.
La Tarjeta Europea de Discapacidad garantiza la igualdad de acceso a las prestaciones fuera del propio país, principalmente en los ámbitos de la cultura, el ocio, el deporte y el transporte. La tarjeta goza del reconocimiento mutuo de los países de la #UE que participan en el sistema con carácter voluntario.
Recordamos que ya en febrero del año 2016 se puso en marcha una versión piloto de la tarjeta en ocho países de la #UE. La iniciativa piloto de la Tarjeta de Discapacidad de la #UE fue financiada por el Programa de Derechos, Igualdad y Ciudadanía entre 2014 - 2021 y se implementó a través de ocho proyectos piloto entre 2016 - 2018. Su objetivo era promover los derechos de las personas con discapacidad y apoyar el reconocimiento mutuo voluntario de la condición de discapacidad en ocho Estados miembros participantes: Bélgica, Chipre, Estonia, Finlandia, Italia, Malta, Rumanía y Eslovenia.
La tarjeta no modifica los criterios o normas nacionales de concesión. Los Estados miembros se reservan el derecho a decidir quién puede optar a la tarjeta, aplicando su propia definición de discapacidad, y a determinar el procedimiento de expedición.
Durante el período 2019-2020, la Comisión Europea evaluó el proyecto piloto. El estudio de evaluación confirmó el valor añadido de la #UE de la tarjeta: permite el reconocimiento mutuo de la condición de discapacidad en todos los Estados miembros, algo que no habría sido posible sin la intervención de la #UE. A partir del estudio también se llegó a la conclusión de que los costos de aplicación por titular son bajos. En lo que respecta a los proveedores de servicios, los beneficios son claramente superiores a los costos de participación. Además, la tarjeta, cuya demanda va en aumento, aborda las necesidades fundamentales de las personas con discapacidad en los ámbitos de aplicación que abarca.