La Actividad Física beneficia el tratamiento del Cáncer de Mama.
La actividad reduce el riesgo de enfermedades crónicas y los efectos secundarios de los tratamientos, y puede mejorar el pronóstico y la supervivencia. El ejercicio durante el tratamiento resulta clave para mantener el buen estado de ánimo y cierta sensación de normalidad. Cuando atraviesas un cáncer tu vida da un giro dramático, donde apenas puedes controlar lo que ocurre. La actividad física, es una aliada en este tipo de patologías, ya que reduce el riesgo de enfermedades crónicas, los efectos secundarios de los tratamientos, puede mejorar el pronóstico y la supervivencia. En su Día Mundial se trata de concienciar sobre esta enfermedad.
El cáncer de mama es una enfermedad causada por la multiplicación anormal de las células de la mama que forman un tumor maligno. Ello puede producirse como consecuencia de diferentes factores de riesgo y de estilos de vida, así como también de una carga genética que predispone a la mujer a enfermar o no.
Algunos factores de riesgo son: los antecedentes familiares de esta enfermedad, ser mayor de 50 años, un estilo de vida sedentario, el alto consumo de grasas, el exceso de peso y el consumo excesivo de alcohol. Menos del 5% de todos los cánceres de mama están relacionados con factores genéticos que son muy determinantes. La adherencia a pautas de estilo de vida saludable puede cambiar mucho el espectro de enfermedades no sólo oncológicas sino también cardiovasculares. El ejercicio físico aeróbico (por ejemplo, caminar durante 50 minutos al menos 3 veces por semana) puede operar en la reducción de riesgo de este tipo de cáncer, especialmente en la postmenopausia. También se aconseja: no fumar, llevar una dieta baja en contenido graso y con alto consumo de frutas y vegetales, moderar la ingesta de alcohol, y mantener un peso dentro de los límites normales. Estadisticamente, la incidencia del cáncer de mama aumenta a partir de los 45-50 años, y la mortalidad por cáncer de mama aumenta unos años después de esa edad. Esto no quiere decir que mujeres fuera de ese rango etario no deban hacerse mamografías. Es muy importante tener en cuenta que tanto en las mujeres de entre 40 y 50 años como en las mayores de 70 la decisión de hacer o no una mamografía debe ser personalizada. La mujer debe hablarlo con su ginecólogo/a o con su médico/a de cabecera, y valorar los pros y los contras de hacer el estudio mamográfico.
Una mamografía permite diagnosticar tempranamente esta enfermedad y ofrecer por lo tanto mejores oportunidades de cura. El examen clínico lo realiza el médico que observa y palpa las mamas de la paciente en busca de nódulos u otras alteraciones. La presencia de nódulos no implica el desarrollo de un cáncer. Todas las mujeres deben realizarse este tipo de examen a partir de los 20 años. Las menores de 40 y las mayores de 70 deben realizarlo con su examen de salud habitual, al menos una vez cada tres años. Las mujeres entre 40 y 70 años deben realizarlo una vez por año
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En Argentina, las tasas de mortalidad por cáncer de mama más elevadas se dan entre los 50 (41,6 cada 100.000 mujeres) y los 80 años o más (215,8 cada 100.000 mujeres). Más del 75% de las mujeres con cáncer de mama no tienen ningún antecedente familiar de dicha enfermedad. Para el cáncer de mama la detección temprana es fundamental, ya que los tumores de menos de 1 centímetro tienen hasta el 90% de probabilidades de curación. El 1% de los cánceres de mama se presenta en hombres.
La #OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda realizar 150 minutos semanales de actividad física moderada, ya que su beneficio se ha objetivado en aspectos físicos, psíquicos y psico-físico. “A nivel físico, un ejemplo claro lo vemos en situaciones asociadas a una menor densidad mineral ósea como puede ser la osteoporosis causada por tratamientos sistémicos y por las metástasis óseas líticas [aquellas que favorecen la destrucción de hueso]. El ejercicio incrementa la densidad mineral ósea de la columna lumbar y el cuello femoral en adultos y, por tanto, puede prevenir fracturas óseas y otros eventos asociados con el esqueleto.
El cáncer de mama es una enfermedad por la que se forman células malignas (cancerosas) en los tejidos de la mama.
La mama está compuesta por lóbulos y conductos. Cada mama tiene de 15 a 20 secciones llamadas lóbulos. Cada lóbulo contiene muchas secciones pequeñas llamadas lobulillos. Los lobulillos terminan en docenas de bulbos minúsculos que producen leche. Los lóbulos, los lobulillos y los bulbos están conectados por tubos estrechos llamados conductos.
La mama también está compuesta por vasos sanguíneos y vasos linfáticos. Los vasos linfáticos son estructuras pequeñas en forma de frijol que se encuentran en todo el cuerpo y que transportan la linfa, un líquido acuoso casi incoloro, entre los ganglios linfáticos, además de filtrar la linfa y almacenar glóbulos blancos, los cuales ayudan a combatir infecciones y enfermedades. Hay grupos de ganglios linfáticos cerca de la mama en la axila (debajo del brazo), encima de la clavícula y en el tórax.
El cáncer de mama se puede presentar en el tejido mamario de hombres y mujeres.
Tratamientos actuales que iremos desarrollando en próximas investigaciones.
- Tratamiento del cáncer de seno (mama) en adultas
- Tratamiento del cáncer de seno (mama) masculino
- Tratamiento del cáncer de seno (mama) infantil
- Cáncer de seno (mama) durante el embarazo