Hipoacusia y Deterioro Cognitivo en Adultos Mayores
Con el incremento de la esperanza de vida en el mundo, también aumentan las patologías, en las que el envejecimiento, es el principal factor de riesgo, así como la demencia y la hipoacusia, que afectan profundamente la calidad de vida de las personas y sus familiares, factores que repercuten en los costos del sistema sanitario. Dada la carencia de tratamientos modificadores de la enfermedad para la demencia, el estudio de los mecanismos para prevenir su aparición se ha convertido en una prioridad.
La aparición de hipoacusia puede constituir un signo que precede a la demencia. El tratamiento de los pacientes con enfermedad de Alzheimer e hipoacusia requiere un enfoque multidisciplinario, para detectar precozmente aquellos factores de riesgo que hacen posible la aparición y asociación de estas enfermedades.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la expectativa de vida al nacer en las Américas, ha aumentado hasta 85 años. Estos cambios demográficos se acompañan de aumento de patologías asociadas a la edad, como la demencia y la hipoacusia. A nivel global, la demencia se ha convertido en problema prioritario en la salud pública, estimándose una prevalencia mundial de 50 millones de personas en el año 2017, cifra que se estima su aumento a más del doble para el año 2050, afectando principalmente a países de ingresos bajos o medios, como es el caso de los países latinoamericanos.
La pérdida auditiva puede estar asociada con mayor riesgo de demencia en la vejez y, por lo tanto, podría ser un factor de riesgo modificable, dada la disponibilidad de intervenciones eficaces. Estudios epidemiológicos recientes han hecho evidente la asociación entre la disfunción sensorial y deterioro cognitivo en adultos mayores, tanto en personas con problemas visuales como con hipoacusia. La discapacidad auditivas y cognitiva son motivo de preocupación global y económica, se estima que una tercera parte de las personas mayores de 65 años padecen pérdida de la audición discapacitante, es decir, superior a 40 decibeles en el oído con mejor audición, mientras que entre el 5 al 8 % de los adultos mayores de 60 años padecen alguna forma de demencia asociada a deterioro cognitivo. En general el envejecimiento cerebral normal produce cambios neuroanatómicos y fisiológicos que predisponen a la demencia y daña órganos con funcionamiento sensorial.
Los mecanismos fisiopatológicos que explican esta condición son motivo de discusión. Se considera que el envejecimiento es un factor común entre ambas condiciones con mecanismos interrelacionados que llevarían al deterioro cognitivo, como consecuencia de una hipoacusia, esto trae como resultado un aumento de la carga cognitiva impuesta a las personas con hipoacusia, requiriendo la utilización de otros dominios cognitivos como mecanismos compensatorios. Esta respuesta es evidente en las medidas de neuroimagen de la actividad cerebral y se refleja en las respuestas fisiológicas y el comportamiento. Dejando como evidencia que se requieren recursos cognitivos para el manejo de la hipoacusia. Estos procesos a menudo se asocian con tareas ejecutivas como la toma de decisiones, la detección de errores y el cambio de tareas.
El soporte neuronal para los procesos de dominio general se asocia típicamente con la corteza frontal y parietal, regiones que tienen una fuerte conectividad anatómica con las cortezas sensoriales primarias y que contienen neuronas que cambian su actividad para reflejar las demandas de tareas actuales. En estudio realizado donde evaluaban como las consecuencias cognitivas de la hipoacusia se reflejaban en el cerebro y comportamiento, se encontró que los aumentos relacionados con la degradación en la actividad en la corteza temporal diferían dependiendo de las características acústicas, pero los aumentos relacionados con la degradación en la corteza frontal no lo hicieron.
Otro mecanismo a considerar serían los cambios estructurales y funcionales a nivel de la cóclea y el nervio auditivo como a nivel del Sistema Nervioso Central (#SNC) en regiones auditivas y áreas relacionadas directamente con otros dominios cognitivos. El tronco encefálico auditivo experimenta cambios rápidos en el desarrollo temprano hasta los dos años de edad, seguido de una estabilidad prolongada hasta que surgen los cambios relacionados con el envejecimiento. También el aislamiento social secundario a las dificultades comunicacionales producto de la hipoacusia la cual podría agravar o facilitar el desarrollo de una demencia Si bien existe hoy en día la inquietud de si estas dos condiciones están directamente relacionadas o si la cognición se ve afectada secundaria a otros factores, varios estudios sugieren su relación causal directa. Se ha encontrado tanto en modelos animales como en seres humanos, que la hipoacusia produce cambios en múltiples áreas cerebrales. Sumado a esto se ha observado en algunos estudios de corte que la hipoacusia precede a la demencia por más de 9 años presentando una estrecha relación entre grado de hipoacusia y riesgo de desarrollar una demencia.
Existe poca información al respecto, limitando la claridad de la magnitud del problema, por lo que es fundamental comprender el impacto que tienen los problemas auditivos en la calidad de vida de los adultos mayores para así tomar medidas que contribuyan a su bienestar.