La OMS actualiza su listado de Patógenos
Más de doscientos científicos durante aproximadamente dos años evaluaron la evidencia de 1.652 especies de patógenos para decidir cuáles incluir en su nueva lista. La Organización Mundial de la Salud actualizó la lista de virus y bacterias que podrían causar la próxima pandemia El organismo sanitario presentó un informe en el que participaron científicos de más de 50 países. Allí, analizaron patógenos con el objetivo de acelerar la vigilancia y “adaptarse rápidamente a las amenazas emergentes”, según informaron. Esta lista ahora incluye el virus de la influenza A, el virus del dengue y el virus de la viruela del mono, marcando un hito crucial en la identificación y priorización de amenazas potenciales para la salud pública mundial.
La actualización de los patógenos prioritarios, publicada, seleccionó aquellos con potencial para causar emergencias de salud pública a nivel global, como una pandemia. Esta selección se basó en la evidencia de que los patógenos eran altamente transmisibles y virulentos, y que había un acceso limitado a vacunas y tratamientos.
La lista de 'patógenos prioritarios' ayudará a las organizaciones a decidir dónde centrar sus esfuerzos en el desarrollo de tratamientos, vacunas y diagnósticos. Es decir, que este proceso de priorización ayuda a identificar brechas críticas de conocimiento que deben abordarse urgentemente y asegura un uso eficiente de los recursos.
Por consiguiente, resulta crucial revisar estas listas regularmente para tener en cuenta cambios globales importantes como el cambio climático, la deforestación, la urbanización y los viajes internacionales.
En el último esfuerzo, más de 200 científicos pasaron aproximadamente dos años evaluando la evidencia de 1.652 especies de patógenos —principalmente virus, y algunas bacterias— para decidir cuáles incluir en la lista. Entre los más de 30 patógenos prioritarios se encuentran los coronavirus conocidos como Sarbecovirus, que incluyen el SARS-CoV-2 —el virus que causó la pandemia global de COVID-19— y Merbecovirus, que incluye el virus que causa el síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS). Otros añadidos a la lista incluyen el virus de la viruela del mono, que causó un brote global de mpox en 2022 y sigue propagándose en ciertas regiones de África Central. Este virus se considera prioritario, al igual que su pariente, el virus de la viruela, a pesar de haber sido erradicado en 1980. Esto se debe a que, al no vacunarse de forma rutinaria contra el virus, la población ya no tiene inmunidad, y una liberación accidental podría causar una pandemia. Medio docena de virus de la influenza A también están en la lista, incluyendo el subtipo H5, que ha provocado un brote en ganado en Estados Unidos. Entre las cinco bacterias —todas recién añadidas— se encuentran cepas que causan cólera, peste, disentería, diarrea y neumonía.
Dos virus de roedores también se han añadido porque han saltado a humanos, con transmisión esporádica de persona a persona. El cambio climático y la creciente urbanización podrían aumentar el riesgo de transmisión de estos virus a las personas, según el informe. El virus Nipah, transmitido por murciélagos, sigue en la lista por ser mortal y altamente transmisible en animales, y actualmente no existen terapias para proteger contra él.
Muchos de los patógenos prioritarios están actualmente confinados a regiones específicas pero tienen el potencial de propagarse globalmente. En otras palabras: no hay un lugar específico que se encuentre en mayor riesgo de sufrir los estragos de estos patógenos.
En un mundo interconectado y en constante cambio, resulta particularmente relevante que la comunidad científica y los organismos de salud pública permanezcan en alerta. Por ello, no basta con crear una lista de patógenos prioritarios: los investigadores también han desarrollado una lista de “patógenos prototipo”
Los "patógenos prototipo" son virus y bacterias seleccionados como modelos representativos para estudios básicos y el desarrollo de terapias y vacunas. No necesariamente son los patógenos de mayor riesgo inmediato, pero su estudio proporciona conocimientos fundamentales aplicables a otros patógenos de la misma familia. Esto impulsa la investigación en áreas menos exploradas, fomentando descubrimientos que beneficien tanto al patógeno prototipo como a otros relacionados.
La idea es estar mejor preparados para emergencias de salud pública. Por ejemplo, antes de la pandemia de COVID-19 no había vacunas para coronavirus humanos, pero el desarrollo de la vacuna contra el SARS-CoV-2 demostró la viabilidad de crear vacunas para otros coronavirus en el futuro. Este enfoque genera confianza en la capacidad de respuesta rápida ante nuevos brotes. Además, muchos antivirales funcionan contra grupos de virus, no solo contra una especie específica. Así, investigar y desarrollar tratamientos para un patógeno prototipo puede resultar en terapias efectivas para varios virus de la misma familia. En resumen, los patógenos prototipo maximizan el impacto de la investigación y mejoran la preparación y respuesta ante futuras emergencias de salud pública.