
Cuando la Dispraxia afecta la Praxis
La dispraxia, también conocida como trastorno del desarrollo de la coordinación (#TDC), afecta la praxis, la capacidad de idear, planificar y ejecutar movimientos. Esta condición neurológica dificulta la coordinación motora y la planificación de movimientos, lo que puede impactar en actividades cotidianas como vestirse, escribir, jugar o socializar.
La dispraxia no se debe a un problema físico ni intelectual, sino a una alteración neurológica que afecta la planificación y ejecución de movimientos. Es fundamental reconocer y diagnosticar la dispraxia tempranamente para proporcionar un apoyo adecuado y mejorar el desarrollo psicomotor del niño.
Las personas con dispraxia pueden presentar torpeza motora, dificultad para sostener objetos y problemas con tareas que requieren coordinación fina y gruesa, como escribir o montar en bicicleta. La experta, TO. Denisse Alvear, destaca que esta condición no desaparece con el tiempo, sino que las personas aprenden a convivir con ella a través de estrategias de adaptación y apoyo terapéutico. Esto se debe a que, como parte de los diagnósticos de integración sensorial que pueden presentar las personas, es también una condición
La praxis es la capacidad de realizar movimientos con un propósito, incluyendo la ideación (pensar en la acción), planificación (organizar los pasos) y ejecución (llevar a cabo el movimiento). Las dificultades con la praxis pueden afectar la vida diaria de las personas con dispraxia, dificultando tareas como vestirse, asearse, comer, o participar en actividades recreativas.El manejo de la dispraxia suele requerir un enfoque multidisciplinario, involucrando profesionales como terapeutas ocupacionales, logopedas, psicólogos, entre otros, para abordar las diferentes áreas de dificultad.
Síntomas de Dispraxia
Las dificultades en la praxis pueden aparecer desde edades tempranas. Aunque la dispraxia no suele diagnosticarse formalmente en la infancia, algunos signos pueden indicar su presencia, como:
- Dificultad en las actividades de la vida diaria, incluyendo vestirse, actividades de higiene o alimentación.
- Torpeza motora, choques con objetos y personas, o la aparición constante de moretones sin recordar por qué se producen.
- Problemas en la escritura, como dificultad para sostener el lápiz, regular la presión en la toma, hacer trazos o formar letras y números correctamente.
- Restricciones en el juego y el deporte, con preferencia por actividades repetitivas, conocidas y evitación por aquellas que requieren mayor desafío.
- Dificultad para organizar tareas y seguir secuencias de acción.
Cabe resaltar que, en el ámbito educativo, estas dificultades representan barreras significativas. Según la especialista, “la escritura sigue siendo el principal método de evaluación en muchas escuelas, lo que pone en desventaja a los niños y niñas con dispraxia. Su dificultad motriz interfiere en su desempeño y en la forma en que pueden demostrar sus conocimientos.” Por ello, es fundamental promover espacios de inclusión y desarrollar metodologías adaptadas a sus necesidades, propiciando su trayectoria educativa.
Tipos de Dispraxia y su impacto en el desarrollo motor
A partir del trabajo del terapeuta ocupacional, desde el modelo de integración sensorial, se identifican distintos tipos de dificultades en la praxis según los sentidos involucrados. Cada una de estas manifestaciones afecta de manera diferente la vida diaria, por lo que es fundamental aplicar estrategias de apoyo personalizadas. Entre ellas se encuentran:
- Somatodispráxia (de base táctil y propioceptiva): afecta el esquema corporal, impactando en habilidades como el uso y la graduación de la fuerza, el tono muscular y la participación de nuevas actividades (prefieren hacer las ya conocidas).
- Visuodispraxia (de base visual y táctil): dificulta la coordinación del movimiento en relación con la información visual. A pesar de observar, se dificulta realizar la retroalimentación de los movimientos.
- Dispraxia de base vestibular y propioceptiva:
- Déficit en el control postural ocular: altera la estabilidad del campo visual.
- Pobre coordinación bilateral secuencial: afecta la simetría de los movimientos y el cruce de hemicuerpos.
Causas de la Dispraxia
Si bien la dispraxia no tiene una única causa identificada, se sabe que su origen es neurológico y está relacionado con dificultades en la integración sensorial. Estas dificultades pueden afectar la manera en que el cerebro procesa y organiza la información proveniente de los sentidos, impactando la capacidad de planificar y ejecutar movimientos. Algunas de las principales bases sensoriales que pueden estar involucradas en la dispraxia incluyen:
- Sistema táctil: Dificultades en la discriminación táctil, en la motricidad fina y en la motricidad orofacial.
- Sistema vestibular: Una hiporrespuesta o baja respuesta vestibular puede impactar en el equilibrio, alineación postural, tono extensor y coordinación bilateral.
- Sistema propioceptivo: Una baja conciencia del cuerpo en el espacio puede generar torpeza, dificultades en la regulación de la fuerza y la precisión de los movimientos.
- Sistema visual: Problemas en la percepción visual pueden interferir en la organización espacial y en la coordinación ojo-mano.
Relación de la dispraxia con otras condiciones del neurodesarrollo
Además, la dispraxia puede estar presente junto con otras condiciones del neurodesarrollo, como el Espectro del Autismo (#EA) y el Trastorno por Déficit Atencional e Hiperactividad (#TDAH). Esto hace fundamental una evaluación integral para determinar el enfoque terapéutico más adecuado. Como señala la especialista, “cuando hablamos de Autismo, por ejemplo, nos centramos en las dificultades de modulación sensorial, pero pocas veces consideramos que también pueden existir dificultades en la praxis. Es clave evaluar cada caso desde un enfoque amplio para ofrecer un tratamiento adecuado“.
En este sentido, la experta recalca que “las personas con dificultades de integración sensorial ya son neurodivergentes, incluso si no presentan otra condición de base como el Autismo”. Esto implica que la dispraxia es una condición permanente, pero con los apoyos adecuados, la persona puede desarrollar estrategias para compensar sus dificultades y mejorar su calidad de vida.
Este artículo tiene un carácter meramente informativo. Para obtener asesoramiento o diagnóstico médicos, consulta a un profesional.