Rumbo al ahorro de Energía Cerebral
El #ahorro de #energía #emocional nunca se ha tenido en cuenta a la hora de una facturación corriente.
Si estamos a punto de caer en una #emoción desgastante, podemos sencillamente entrar en un estado de #Silencio interior, y la #emoción desgastante no podrá tener lugar.
Si esta alternativa no entra en nuestras actuales posibilidades, cambiemos entonces el contenido del diálogo interior; hagamos una #canción con nuestros #pensamientos, pensémolos en rima, al revés, en un idioma extraño o de plano repasemos concentradamente las tablas de multiplicar, para el caso es igual; sin los pensamientos adecuados la emoción no se presenta.”
Nuestro #cerebro no solo tiene mecanismos de #aprendizaje sino también de #olvido, para borrar las #memorias “innecesarias” y conservar la #energía. En práctica, elimina todo aquello que no nos sirve, borra los aprendizajes innecesarios para hacer #espacio y funcionar en “modo ahorro”. Esta semana, un grupo de investigadores de la #LundUniversity, en #Suecia, han sido capaces de desentrañar a nivel celular cómo funciona esta función.
Hace varios siglos, #Pavlov, un fisiólogo ruso, experimentó con perros y descubrió el condicionamiento clásico.
En práctica, los perros aprendieron que cuando sonaba una campana, recibirían el alimento, por lo que comenzaban a segregar saliva apenas oían las campanas, aunque no hubiera ni rastro de #alimento.
Esto se debe a que crearon una conexión a nivel cerebral entre un estímulo neutro (la campana) y un estímulo incondicional (la comida).
Nosotros también aprendemos de esta forma, podemos establecer conexiones entre diferentes estímulos y, como resultado, mostrar la respuesta correspondiente.
Por ejemplo, en experimentos realizados con personas se ha vinculado un sonido con el aire en los #ojos.
De forma que, a la larga, las personas terminaban parpadeando al escuchar el #sonido, aunque no hubiera aire.
Obviamente, se trata de una respuesta automática aprendida.
Sin duda, se trata de un resultado contradictorio ya que, en teoría, el aprendizaje debería reforzarse.
Sin embargo, estos investigadores piensan que el problema radica en que el #cerebro olvida para ahorrar #energía.
En un primer momento, se activa un mecanismo cerebral que permite el aprendizaje creando un patrón a nivel neuronal.
Es como si esa parte del cerebro que capta y aprende la asociación, el cerebelo, dijera: “Lo he captado, ya no necesito más estímulos”.
Sin embargo, cuando se introducen dos asociaciones, es como si el cerebro se sobresaturara.
En este punto, aumentan las probabilidades de que olvidemos, incluso lo que habíamos aprendido antes, aunque sea de manera #temporal.
No sobresatures tu cerebro con demasiada información porque de esta forma solo estarás entorpeciendo el #aprendizaje.
Es mejor centrarse en una cosa a la vez y, solo cuando ese aprendizaje se haya consolidado, pasar al siguiente.
Por tanto, no te agobies con todo lo que debes aprender, ve poco a poco, como decían los antiguos romanos: «chi va piano, va sano e va lontano«.
Recuerda que #aprender y #memorizar no significa “amontonar” información, porque el #cerebro la considerará inútil o innecesaria. Es importante buscar conexiones lógicas, de forma que se creen nuevos #patrones neuronales a partir de los ya existentes, en vez de sobreponerse y causar confusión que termine dando lugar al #olvido.
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