Cuando el pediatra de atención primaria detecta un retraso o un trastorno del neurodesarrollo además de intentar averiguar la causa, para lo que requiere a menudo la colaboración de la neuropediatra, deriva simultáneamente al niño a tratamiento a un Centro de Desarrollo y Atención Precoz .

¿Qué es el retraso madurativo?

El término de retraso madurativo se utiliza en los casos en los que el niño no tiene las principales características de los niños de su misma edad. De esta forma esta enfermedad afecta a diferentes aspectos como el uso del habla, la motricidad, la socialización y el desarrollo cognitivo. La palabra o término no es objetivo, ya que se conoce la existencia de un problema pero aún es pronto para realizar un diagnóstico acertado. Algunas patologías son imposible de distinguir durante la infancia de los niños, es por esto que se deberá esperar algunos años más para realizar un veredicto definitivo.

Pronóstico de la enfermedad

El pronóstico de esta patología es muy favorable, porque los más pequeños recuperan las diferencias respecto a los otros niños con el paso del tiempo. Solamente será necesario que los más pequeños cuenten con el ambiente y las herramientas adecuadas para llevar a cabo esta recuperación. El tratamiento estará centrado en la rehabilitación y la superación del retraso madurativo.

En los casos en que el niño padezca síntomas de procesos con una mayor complejidad que afectan a la capacidad de comunicación o generan trastornos mentales, el pronóstico será diferente. Las complicaciones pueden aparecer si el retraso del pequeño no se trata adecuadamente, ya que los síntomas se pueden agravar y alargar su duración hasta llegar a la vida adulta.

Síntomas del retraso madurativo

Los principales síntomas del retraso madurativo son los siguientes:

• El niño no gatea a la misma edad que los otros.
• Pasados los 12 meses el pequeño no balbucea ni consigue expresar ninguna palabra.
• No tiene interés en enseñar sus juguetes al resto de personas.
• No sabe su nombre cuando lo escucha o no reacciona.
• No muestra curiosidad por los objetos que le enseñan.
• No reacciona ante las voces familiares ni otro tipo de sonidos.
• No es capaz de imitar a los adultos (otra de las fases del desarrollo infantil).
• Muestra poco o nulo interés por jugar con sus juguetes o juegos.

Causas del retraso madurativo

Entre los motivos más frecuentes del retraso madurativo infantil se encuentran:

• Nacimiento prematuro: aparición de problemas a lo largo del embarazo y bajo peso del neonato.
• Carencia de estimulación: en ocasiones la falta de estimulación puede relacionarse con alguna otra patología como la otitis. Esta puede impedir la audición y a la misma vez provocar retrasos en el habla.
• Pautas de crianza: los padres son los responsables de producir hábitos inadecuados a los más pequeños.
• Causa desconocida: un porcentaje concreto de casos de retraso en la maduración no presentan causas diagnósticas conocidas.

Tratamientos para el retraso madurativo

La rehabilitación y la educación son los pilares básicos hacia la recuperación del pequeño. En cuanto se observe que el niño muestra algún síntoma o signo indicado anteriormente, se deberá acudir al especialista para comenzar su tratamiento. Cabe destacar la figura de los padres y educadores, ya que son esenciales para detectar con tiempo el trastorno.

Por otro lado, el profesional médico realizará un examen y valorará el desarrollo del pequeño cogiendo la referencia del resto de niños de su mismo edad. El diagnóstico será provisional, a causa de la naturaleza del trastorno, y el niño permanecerá bajo revisión para observar la evolución del pequeño.

El hecho de que el niño tenga retraso madurativo no implica discapacidad intelectual en todos los casos. Ya sabemos que el retraso madurativo puede afectar al habla o a la socialización, sin que el aspecto cognitivo esté comprometido

Se dice que un niño tiene Retraso Madurativo cuando no alcanza un desarrollo similar al de la mayoría de sus pares de la misma edad cronológica. Esta alteración puede manifestarse en la motricidad, en la esfera intelectual, en el lenguaje o en la conducta psicosocial.

No es por tanto un diagnóstico, es una observación que hace el pediatra o el neuropediatra sobre el momento del neurodesarrollo en el que se encuentra ese niño. Ni siquiera significa que ese retraso vaya a perdurar siempre.

Al detectar esta situación, o cualquier otro problema en el neurodesarrollo, nunca debe demorarse la derivación a un neuropediatra y a la vez a un centro de atención temprana.