#Alimentación grata para nuestro hígado.
Una alimentación adecuada y un estilo de vida saludable son básicos para su buen funcionamiento.
La enfermedad de hígado graso no alcohólico (EHGNA) es la patología de hígado más común en el mundo occidental, su incidencia va en aumento y, aunque su prevalencia es desigual en cada lugar, numerosos estudios la sitúan ya en alrededor de un 30% de la población en estos países.
Diversos estudios advierten que patología va en aumento, ya que tiene relación con el incremento de la obesidad, la diabetes y el síndrome metabólico.
"El hígado graso es una enfermedad silenciosa y asintomática, para la cual no existe aún tratamiento. Si bien es cierto que en muchos casos la práctica de ejercicio, la dieta y la aplicación de medidas para controlar el colesterol, el sobrepeso y la diabetes pueden ayudar a mantener esta patología bajo control, no ocurre así en todos los casos y a veces la enfermedad persiste aunque se apliquen todos estos cambios", explica la especialista en aparato digestivo y hepatología del Centro Médico Teknon, Mónica Guevara.
"La principal función del hígado es, dicho de forma sencilla, hacer de filtro de la sangre, limpiarla de sustancias tóxicas que el organismo no necesita. Funciona, además, como almacén de reservas de energía que se transforman en glucógeno y se almacenan en el hígado en casos de necesidad", explica León.
La experta recuerda, por otra parte, que es un órgano fundamental para la digestión, ya que "es el encargado de producir bilis, que se almacena en la vesícula biliar y nos permite aprovechar los nutrientes de los alimentos".
Para que este órgano funcione de forma correcta, la experta insiste en que es básico llevar un estilo de vida saludable, que incluya la práctica regular de ejercicio físico moderado, además de una alimentación correcta con la presencia de todos estos alimentos:
#Escarolas, #café, #nueces, #pan integral, #té verde, #salmón, #brócoli, entre otros.
Según una investigación publicada en la revista Gastroenterología y Hepatología, el 87% de los pacientes de enfermedad hepática crónica (EHC) presentaban concentraciones deficitarias o insuficientes de vitamina D, siendo menor en los cirróticos y en la etiología por alcohol. La investigación concluye que el aporte de #vitaminaD podría ser, en estos casos, "seguro y eficaz". Así lo menciona hoy, la #Vanguardia.