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Situación de Vulnerabilidad Infantil.

La situación de millones de niños y niñas se agrava cuando éstos poseen un grado de discapacidad y además sus padres y madres viven en condiciones de marginación y pobreza, pues los niños adquieren responsabilidades ajenas a ellos, renunciando a medios y recursos que son imprescindibles para aumentar sus oportunidades futuras, como lo es la educación.

La vulnerabilidad en los niños, se relaciona con diversas circunstancias, desde las condiciones para su desarrollo en materia de alimentación, acceso a servicios de salud y educación, como en la presencia de discapacidad, necesidad de trabajo entre otros.

La vulnerabilidad es la incapacidad de resistencia cuando se presenta un fenómeno amenazante, o la incapacidad para reponerse después de que ha ocurrido un desastre. Por ejemplo, las personas que viven en la planicie son más vulnerables ante las inundaciones que los que viven en lugares más altos.

El maltrato, el abandono, la negligencia, la explotación, el abuso sexual son problemas graves y frecuentes que afectan a la niñez agravandose cuando posee discapacidad.

Esta acción u omisión puede ser producida por individuos, por instituciones o por la sociedad en su conjunto y supone la vulneración de los derechos     

de niñasniños y adolescentes.

 El concepto de Vulnerabilidad Educativa hace referencia a aquellos individuos que experimentan una serie de dificultades marcadas a lo largo de su trayectoria escolar que les impiden sacar provecho al currículo y a las enseñanzas dentro del aula de clase.

La vulnerabilidad es un rasgo antropológico que implica la libertad y la igualdad de todos los individuos, como es proclamado por los derechos humanos, y reconocido por la ética trascendental que inspira todo quehacer humano.

La vulnerabilidad ecológica en este colectivo  comunitario se manifiesta de la siguiente manera: La presencia de pocas instituciones ambientales. La falta de conciencia respecto a la generación de basura. El uso inadecuado de recursos naturales.

Los niños también disponen de todos los derechos humanos. ... Estos niños se encuentran entre las personas más vulnerables del mundo debido a la violación de los derechos humanos, que incluyen la violencia y el abuso sexual, la explotación infantil y la negación de sus derechos civiles y políticos.

Hoy en día, los trabajos sobre la vulnerabilidad comprenden diversos colectivos: niños, jóvenes, mujeres, ancianos y personas con discapacidad, así como una serie de variables entre las que están la pobreza, el género, la etnia, la orientación sexual y la seguridad social, entre otras.

Entendemos como población vulnerable a aquellas personas o grupos poblacionales que por su naturaleza o determinadas circunstancias, se encuentran en mayor medida expuestos a sufrir maltratos contra sus derechos fundamentales; o requieren un esfuerzo adicional para incorporarse al desarrollo, a la exclusión, la pobreza.

El nivel de vulnerabilidad es determinado por factores asociados al modelo de desarrollo, la disponibilidad y fragilidad de los medios de subsistencia, la sobrepoblación, la cultura, la organización social, la percepción social frente a los riesgos, la capacidad institucional, el equilibrio ambiental.

Vulnerabilidad multidimensional de niñas, niños y adolescentes en Argentina ante la pandemia.

Una pandemia o una epidemia actúa sobre el bienestar de la población a través de diversos canales. En algunos casos de manera directa impactando sobre la salud de algún miembro activo de los hogares y reduciendo su capacidad de generación de ingresos y, por lo tanto, deteriorando su nivel de bienestar. Pero hay otras vías, más bien indirectas, igualmente importantes. La fase de contención de cualquier pandemia o epidemia (que incluye aislamiento, cuarentena y cierre de escuelas) tiene un efecto recesivo sobre la actividad económica, lo que se traduce en un empeoramiento del mercado laboral y de las finanzas públicas, entre otras dimensiones económicas, y que terminan impactando en el bienestar de los hogares y de las personas que allí residen.

Más de la mitad de niñas y niños residen en hogares cuya jefa de hogar o persona de referencia (PR) tiene una probabilidad positiva de fallecer. Esta proporción se encuentra desigualmente distribuida en el territorio nacional, siendo mayor en el noroeste y en el nordeste, y en la franja oriental que llega hasta la primera mitad del territorio nacional.

Más de la mitad de niñas y niños residen en hogares cuya/o jefa/e está desempleada/o, o experimenta precariedad en el mercado laboral. El porcentaje supera el 70% cuando se trata de una jefa mujer. Se trata de un riesgo que proviene ya sea de la estabilidad ocupacional y de ingresos. La posibilidad de interrumpir su participación en el mercado de trabajo o de percibir ingresos de manera irregular aumenta la probabilidad de pobreza monetaria y aún no monetaria, si esto hace que no sea posible hacer frente a costos de alquiler, por ejemplo, y tanga que migrar su residencia a hogares extensos.

Más de la mitad de niñas y niños viven en hogares con ingresos insuficientes. La escasez de recursos monetarios impacta sobre todas las dimensiones del bienestar: posibilidades de educarse, de disponer de medicamentos, de alimentarse adecuadamente, etc. Además, esto muestra que a pesar de la gran cobertura de los programas de protección social vigentes y de la focalización precisa que presentan, no resultan suficientes para contribuir a cubrir los presupuestos familiares. Estas cifras podrían aumentar debido a la conexión existente entre esta dimensión y otras analizadas en este documento: hogares monoparentales y problemas relacionados con el mercado laboral, principalmente.

Las condiciones sociales y económicas preexistentes convierten a niñas y niños del país en población de riesgo ante la pandemia. Por los indicadores examinados, más de la mitad de niñas y niños estarían en condiciones de vulnerabilidad social. Se trata de más de 2,5 millones de menores de 18 años. Esta cifra es aún más elevada cuando se toman en cuenta la acción conjunta de todas las dimensiones consideradas en este documento.

Quedan para futuras indagaciones evaluar el efecto de la inasistencia a la escuela según recursos disponibles en el hogar. La conectividad a internet y la disponibilidad de dispositivo de acceso (computadoras en el hogar) es clave en este sentido. El punto de partida de esta indagación es una idea intuitiva que se considera cierta: el efecto negativo del aislamiento puede verse en parte mitigado si las niñas y niños tienen acceso a estas alternativas. En este sentido, la falta de conectividad y de medios para acceder a la conectividad, se presenta como una vulnerabilidad ante la actual crisis sanitaria.

En este sentido, considerar que también  necesitan de padres que puedan generar sus ingresos, salud y educación de calidad y espacios públicos para que puedan jugar y socializar.

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