¿Comienzas el día con un fuerte y vigoroso olor a café?

¿O, por el contrario, prefiere el aroma suave del té? Según un estudio reciente, la elección dice mucho de ti. De hecho, puede estar determinado por tus genes, especialmente para los que juegan un papel en la percepción del sabor amargo.

Estas son algunas de las características de las bebidas, componentes, componentes, etc. Pero el café tiene un extra, un alcaloide natural amargo llamado quinina, que nos sorrenderá encontrar también el agua tónica.

Un grupo de investigadores de Australia y Estados Unidos revelaron que, efectivamente, los genes responsables de la percepción de sabores influyen en el tipo de alimentos y bebidas que tomamos, en este caso, en la elección de café o té.

Los datos del  Reino Unido Biobanco , un proyecto británico que recoge información médica y genomas de más de 400.000 individuos en el Reino Unido, sirvió como base para la investigación de Hwang y sus colegas de la Universidad del Noroeste, en Chicago, Estados Unidos.

Se analiza la forma en que el consumo de té, el café y el alcohol tienen una relación con los genes receptores del sabor, pero no todos, sino también para los que se perciben en las sustancias más importantes.

Las personas con variaciones genéticas en los receptores del sabor amargo, manifiestan mayor sensibilidad a la cafeína. Por ende, tenían un 20% más de probabilidad de consumir más de cuatro tazas de café durante el día.

Aunque aún no se sabe cuál es la conexión. Sin embargo, tenemos una sensibilidad a los sabores, amargos en general y, probablemente, encontrarnos en el café un sabor muy intenso.