La #Autoestima del Ser Humano.
Tres formas de elogiar que destruyen ...
Todos los libros de autoayuda hablan de la importancia del trabajo recibido durante la infancia. Algo que, sin duda, aumenta nuestra autoestima y nos ayuda a moldear nuestra personalidad. El elogio funciona de una manera muy simple: elogiamos a nuestro hijo cuando pasa en el examen, cuando hace algo bueno, cuando hace un buen diseño.
Ser elogiado por lo que haces, sin duda, positivo. Una palabra de felicitaciones puede ser una ayuda para avanzar, seguir una cierta capacidad, para hacer aún mejor. Si, por ejemplo, recibes elogios después de pasar en un examen, estaremos motivados para estudiar más y más notas más y más altas o más.
Pero ¿qué pasa cuando los elogios se vuelven repetitivos? ¿Qué sucede cuando esperamos elogios, pero sorprendentemente no los recibimos? A veces, el elogio puede llevar a un camino más fácil, en lugar de intentar superarlos, independientemente de las dificultades que se encuentran en el camino hacia nuestros objetivos.
Pero hay más: el elogio puede llevarnos a lo que no nos gusta. En otras palabras, podemos obtener un resultado positivo sólo para recibir un elogio, sin realmente disfrutar de lo que estamos haciendo. Es importante que los niños compartan más que los adultos, no piensen en recompensa cada vez que hagan algo. El elogio podría funcionar en paralelo con la obtención de un regalo.
Al analizar los elogios que los niños están acostumbrados a recibir durante la infancia, a los que se puede aumentar la autoestima, en realidad tienen la función opuesta .
1. Elogiar la capacidad y el esfuerzo
Esto es un error extremadamente grave que puede ser la causa de muchos problemas. Lo que importa es el trabajo duro, este es el elemento que realmente influye en el resultado. Hasta personas inteligentes, si no se esfuerzan, no reciben nada.
¿Ha conocido un estudiante con las habilidades necesarias para obtener buenas notas? La falta de esfuerzo afectará el resultado. Es siempre bueno elogiar el esfuerzo, pues, al alabar la capacidad, destruiremos la autoestima.
2. Elogios exagerados, no específicos.
Algunos elogios son exagerados. ¿Un ejemplo? "Usted es un genio", "usted es un artista" y así sucesivamente. Los efectos de estos elogios pueden ser contraproducentes en niños, porque en vez de fortalecer su autoestima, alcanzarán los resultados opuestos.
Aprender a hacer elogios más realistas, como "me gustó", "vino mandó muy bien", y así sucesivamente; no intentes aumentar la autoestima del niño de manera artificial, porque al decirle al niño que ella es un genio, ella va a creer. Y al hacerlo, puede dejar de esforzarse.
3. Agregar presión no es la solución
Cuando alabamos, a veces ponemos más presión en los demás de lo que deberíamos. Si alguien piensa que el niño es un genio, puede sentirse obligado a mantener ese status y puede estar sujeto a una presión totalmente innecesaria.
Es importante que se esfuercen y se superen, pero la presión no es sinónimo de motivación. El niño debe estar motivado, no bajo presión.
Aunque la palabra "alabanza" sea positiva, como hemos visto, puede suponer una connotación negativa si no se usa la manera correcta.
Aprenda a elegir correctamente y piense que a veces el elogio, especialmente si es excesivo, no es necesario. Hasta pronto gran lector.