Entornos saludables para mejorar el Empleo
En el contexto laboral contemporáneo, la salud mental se ha convertido en una cuestión de suma importancia para las organizaciones y las personas expertas en la gestión del talento.
Los trastornos mentales pueden ejercer un impacto significativo tanto en el bienestar de los colaboradores y las colaboradoras como en el desempeño global de las organizaciones. Pero ¿cuál es el efecto de los problemas de salud mental en las organizaciones? ¿Cuál el costo asociado con la contratación de nuevas personas? ¿Cómo influye esto en la preocupante tendencia del consumo de ansiolíticos en muchas regiones del país? y ¿qué estrategias pueden implementar las organizaciones para abordar la salud mental? "Take This", una organización comprometida con la salud mental en la industria de los videojuegos, ha publicado un informe destacando el vínculo entre las comunidades tóxicas y su impacto negativo en el éxito de un juego. El objetivo es fomentar medidas más estrictas por parte de los editores para combatir la toxicidad en los juegos online y promover un entorno más saludable.
Nuestra legislación define a los factores de riesgo psicosociales (o biopsicososiales) como aquellas condiciones presentes en una situación laboral relacionadas con el ambiente, la organización, el contenido del trabajo y la realización de las tareas, que afectan el bienestar o a la salud (física, psíquica y social) del trabajador así como el desarrollo del trabajo.
Las normas de seguridad y salud en el trabajo establecen la obligación del empleador de prever que la exposición a este y otros agentes de riesgo no genere daños a la salud de los trabajadores.
El artículo 103° del Decret Nro. 005-2012-TR, Reglamento de la Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo, reconoce al estrés como un riesgo psicosocial que a largo plazo puede causar una serie de sintomatologías clínicas como enfermedades cardiovasculares, respiratorias, inmunitarias, gastrointestinales, dermatológicas, endocrinológicas, musculoesqueléticas y mentales.
Pero no solo el estrés puede generar daños en los trabajadores, sino también el hostigamiento sexual, el mobbing, la violencia laboral, el síndrome de burnout, entre otros, por lo que corresponde al empleador adoptar medidas concretas para identificar, evaluar y controlar la exposición a este tipo de factores en el ámbito del trabajo, en especial, en el contexto en el que nos encontramos actualmente debido a las implicancias que ello puede tener en la salud física y mental de las personas.
Dicho ello, surgen algunas preguntas, por ejemplo, ¿cómo se lleva cabo esta identificación de peligros y evaluación de riesgos psicosociales en el trabajo? ¿existen algunas pautas que deban seguir los empleadores especialmente en el contexto de la post-pandemia por COVID-19?.
Si bien las normas sobre seguridad y salud en el trabajo no precisan cómo se ejecuta la evaluación de riesgos psicosociales, de aquellas se pueden extraer algunos lineamientos generales que detallamos a continuación.
Por el momento, adelantamos que cualquier medida que se adopte en ese sentido debe efectuarse a la luz de lo dispuesto por la Resolución Ministerial No. 375-2008-TR (“RM 375”), Norma Básica de Ergonomía y de Procedimiento de Evaluación de Riesgo Disergonómico, y las normas de prevención emitidas durante la emergencia sanitaria, como es principalmente la Resolución Ministerial No. 448-2020-MINSA (“RM 448”) que aprobó los “Lineamientos para la Vigilancia, Prevención y Control de la Salud de los Trabajadores con Riesgo de Exposición a COVID-19”. Naturalmente ello deberá también ser contrastado con las normas sectoriales de seguridad y salud en el trabajo según el tipo de actividad.
- LINEAMIENTOS PARA LA EVALUACIÓN DE RIESGOS PSICOSOCIALES DURANTE LA POST-PANDEMIA
Según la Resol.Ministerial nro. 375, las condiciones de trabajo potencialmente propicias para desarrollar un daño psicosocial u otras enfermedades derivadas de aquel son, principalmente, el ambiente laboral, la organización del trabajo y el contenido y la forma de ejecución de las tareas. De acuerdo a la misma norma, los requisitos mínimos que debe prever el empleador para evitar que ello se materialice, son los siguientes:
- Impulsar un clima laboral adecuado.
- Definir el rol y las responsabilidades de cada trabajador
- Establecer un ritmo de trabajo adecuado.
- Elevar el contenido de las tareas evitando la monotonía.
- Brindar capacitación para el desarrollo profesional.
- Incorporar pausas en el trabajo (de preferencia cortas y frecuentes).
Resulta imprescindible, para estos efectos, que tales medidas vayan de la mano con las normas sobre salud mental, específicamente, con lo señalado en la Ley Nac. No. 26.657, sobre salud mental, y su Reglamento, tomando cuenta que dichas normas exigen adoptar toda una cultura de prevención y atención a la salud mental de las personas en general, correspondiendo a los empleadores implementar planes y programas de cuidado personal, alimentación saludable, actividades socioculturales, estrategias para el manejo del tiempo y otras medidas contra el estrés laboral, acoso, malestar, desmotivación, agotamiento laboral, etc.
Ya hemos comentado que la post-pandemia por COVID-19, ha generado para los trabajadores una situación especial de riesgo psicosocial, por ello las normas emitidas en este contexto refuerzan la obligación del empleador en esta materia, no solo para la continuidad del trabajo remoto que pareciera extenderse hasta el próximo año, sino también frente al retorno progresivo a las actividades laborales como producto de la reactivación económica.
Con relación a las medidas de prevención frente factores de riesgo psicosocial por trabajo remoto, el Decreto Nro. 010-2020 dispuso que ante el cambio de la modalidad de trabajo presencial por remoto, el empleador debía informar al trabajador sobre las medidas, condiciones y recomendaciones de seguridad y salud en el trabajo que se deban observar durante este período, lo que ciertamente incluye información sobre los riesgos psicosociales durante la ejecución del trabajo en el período de aislamiento social o cuarentena.
Con relación a las medidas de prevención para el retorno a las actividades laborales, la legislación señala que la vigilancia de la salud de los trabajadores debe contemplar la exposición a otros factores de riesgo distintos al biológico, como son los de tipo ergonómicos y psicosociales, siendo que ello deberá ser determinado por el Servicio de Seguridad y Salud en el Trabajo e incorporarse en el Plan de Vigilancia, Prevención y Control de, en el Trabajo de cada empresa.
Nótese que la vigilancia de estos factores es especialmente importante respecto de los grupos protegidos por nuestra legislación, como es el caso de las mujeres, personas con discapacidad, adultos mayores, personas con factores de riesgo todavia en post-pandemia y adolescentes, por lo que los empleadores deberán poner énfasis en la identificación y evaluación de los riesgos psicosociales y las medidas protección de la salud mental de dichas personas, reforzando su participación en tales procedimientos.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental positiva como «un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de contribuir a su comunidad». Para tratar este tema la Red Europea de Promoción de la Salud en el Trabajo, ha creado la iniciativa "Trabajar en sintonía con la vida".
Considerando el lugar de trabajo como un entorno privilegiado para promover el bienestar y la salud de los trabajadores y fundamentando su acción en la máxima “no hay salud sin salud mental”, los miembros de la Red Europea de Promoción de la Salud en el Trabajo identificaron, recogieron y describieron modelos de buenas prácticas en sus respectivos países conforme a ciertos criterios de calidad y de buenas prácticas predefinidos.
En base a la literatura disponible y a los ejemplos de buenas prácticas recogidos, se elaboraron tres guías para ayudar a empresarios y trabajadores a diseñar y aplicar programas de promoción del bienestar y de la salud mental en la empresa y para mostrar los beneficios de dichos programas tanto a nivel individual como empresarial.
ELEMENTOS PARA PROMOVER LA SALUD MENTAL
– Crear entornos de trabajo gratificantes y estimulantes, así como una organización que de apoyo a sus empleados.
– Dar la oportunidad a los trabajadores de mejorar sus capacidades, incluyendo la confianza en sí mismos y la competencia social.
– Promover una mayor participación de los trabajadores en la toma de decisiones.
– Reconocer la importancia de los mandos como elemento clave en el apoyo a los trabajadores.
– Crear ambientes de trabajo positivos y clarificar las funciones y las responsabilidades de cada integrante del equipo.
– Reducir las fuentes de estrés en el trabajo y desarrollar la resiliencia al estrés mediante estrategias de afrontamiento.
– Fomentar la cultura de empresa, la participación, la equidad y la justicia, y eliminar el estigma y la discriminación en el trabajo.
– Apoyar, retener y contratar a trabajadores con trastornos mentales.
– Desarrollar y poner en marcha políticas de salud y bienestar mental fuertes.
– Vigilar el impacto de estas políticas e intervenciones.