Los Centros del Hambre y la Sed Humana.
Varios centros neuronales del hipotálamo participan en el control de la ingestión de alimentos. Los núcleos laterales del hipotálamo actúan como centro de la alimentación, porque cuando se estimulan excitan un apetito voraz.
Hoy, trataremos los centros nerviosos que regulan la ingestión de alimentos. Comencemos por explicar que la sensación de hambre se asocia con un deseo imperioso de alimentos y otros efectos fisiológicos, como contracciones rítmicas del estómago y agitación que impulsan la búsqueda del alimento. El apetito es el deseo de alimento, a menudo muy concreto, y ayuda a determinar la calidad de la alimentación. Si la búsqueda del alimento surte efecto, aparece una sensación de saciedad.
Todas estas sensaciones dependen de factores ambientales y culturales y también de elementos fisiológicos que regulan centros concretos del encéfalo, en particular, el hipotálamo.. Por el contrario, la destrucción del hipotálamo lateral anula el deseo de alimento y propicia una inanición progresiva, estado caracterizado por un adelgazamiento notable, debilidad muscular y metabolismo reducido.
El centro hipotalámico lateral de la alimentación emite los impulsos motores para la búsqueda de alimento. Los núcleos ventromediales del hipotálamo sirven, en cambio, como un importante centro de la saciedad y se cree que confieren una sensación de placer nutricional que inhibe el centro de la alimentación.
La estimulación eléctrica de esta región puede inducir una saciedad completa y, de hecho, cuando se ofrecen alimentos muy apetitosos, el animal los rechaza (afagia). Al contrario, la destrucción de los núcleos ventromediales motiva una alimentación voraz y continua hasta que el animal alcanza una obesidad extrema, cuadruplicando en ocasiones su peso.
La #polifagia surge en personas con diabetes debido a la deficiente utilización de la glucosa en algunas regiones del cerebro. Este es uno de los tres síntomas que experimentan las personas que padecen diabetes y por las cuales se le conoce como la enfermedad de las tres “pes”: poliuria, polidipsia y polifagia.
De acuerdo con un artículo de la revista #Ciencia Hoy, estas son responsables de que las y los pacientes adelgacen, se deshidraten o se quejen de visión borrosa pero ¿por qué pasa esto? Cuando las células del cuerpo no utilizan la glucosa, aumenta el número de moléculas de este azúcar en los vasos sanguíneos. Esto provoca, a causa del fenómeno de la ósmosis, que agua proveniente de los espacios circundantes (los que se hallan entre los capilares sanguíneos y las células) entre en la sangre.
Como consecuencia del aumento del volumen de los vasos sanguíneos provocado por el ingreso de agua, la presión arterial aumenta y fuerza a los riñones a filtrar más agua y más #glucosa. Cuando esto pasa, los riñones se ven rebasados de capacidad, dejan de absorber la glucosa que se filtra de la sangre a la orina como normalmente lo hacen y la expulsan del cuerpo junto con el exceso de agua.
Cuando el cuerpo comienza a eliminar el exceso de agua con la #glucosa provoca que las micciones aumenten, es decir que incrementa el volumen de orina de una persona afectada, lo que se conoce como #poliuria. La pérdida de un mayor volumen de agua a su vez estimula el llamado centro de la sed en el cerebro, haciendo que la persona aumente la cantidad de agua que bebe y la frecuencia con la que lo hace, a esta condición se le conoce como #polidipsia.
Es muy importante que la persona que padezca este trastorno no inicie dietas por su cuenta ni se automedique, lo que debe hacer es acudir con un especialista que elabore el diagnóstico y ordene el tratamiento adecuado.