Neurofarmacologia vs Salud Mental

En Argentina, la Ley de Salud Mental N° 26.657 intenta integrar la farmacología como una herramienta dentro de un enfoque más amplio que considera la salud mental como un proceso complejo, influenciado por factores sociales, culturales y biológicos. Si bien la ley busca proteger los derechos de las personas con padecimiento mental y promover la desinstitucionalización, existen debates sobre si efectivamente se alinea con la farmacología o si genera tensiones. Para algunos, prioriza el respeto y los derechos de las personas con padecimiento mental, considerándolas sujetos de derecho y no objetos de asistencia. Para otros, la Ley citada busca una atención integral, incluyendo la farmacología, pero también la terapia, la rehabilitación y la inclusión social.La Ley citada promueve una visión más amplia de la salud mental, que considera los aspectos psicosociales, culturales y biológicos.
La farmacología, en este contexto, se utiliza como una herramienta más dentro de un abordaje multidisciplinario. Algunos cuestionan si la Ley citada, en su implementación, realmente logra integrar la farmacología con el enfoque integral de la salud mental. Otros critican la desinstitucionalización que promueve la Ley citada y argumentan que los hospitales psiquiátricos especializados son necesarios para el tratamiento de ciertas patologías.
La Ley aquí citada busca la desinstitucionalización de las personas con padecimiento mental, promoviendo la atención en la comunidad y la participación activa de los usuarios. Este cambio de paradigma puede generar tensiones con la farmacología, ya que algunos argumentan que el tratamiento farmacológico puede ser más efectivo en un entorno controlado. La farmacología puede ser efectiva en el tratamiento de ciertas patologías mentales, pero no debe ser el único enfoque.
Para la Ley citada, la internación involuntaria de un paciente es sinónimo de privación ilegítima de la libertad”. “Las internaciones de salud mental deben realizarse en hospitales generales”, dictamina la Ley en su artículo 28. Y advierte que el rechazo a atender e internar pacientes psiquiátricos “será considerado acto discriminatorio en los términos de la Ley Nacional N°23.592”.
El hospital general no tiene condiciones para la internación de un enfermo mental. Los médicos que no son psiquiatras no pueden atender a esquizofrénicos, ni a adictos. Son un riesgo para otros pacientes. Son personas que oyen voces que los inducen a agredir, incluso a las personas más cercanas. Es esquizofrenia paranoide. Con delirios persecutorios.
la Ley de Salud Mental, sancionada en 2010 y reglamentada en 2013, fue alcanzada por el dislate del #abolicionismo, dejando sin instrumentos a quienes pudiéran o quisiéran ocuparse del sufrimiento psíquico. Suprimió la "protección de personas" del Código Civil Argentino.
Toda persona que está en pleno brote psicótico por sustancias, por depresión u otra causa que ponga en peligro su vida, o paranoico por bipolaridad activa, que puede terminar en femicidio, homicidio o filicidio debe ser judicializada. En determinados casos, la curaduría de Tribunales debe hacerse cargo de los pacientes que no tienen parientes. Es lo paradójico del sistema. La ley preveía llevar el presupuesto para Salud Mental a un diez por ciento del total de los fondos destinados a Salud. Algo que no se ha cumplido.
En muchos países, la autogestión de un paciente con esquizofrenia se aborda desde una perspectiva de recuperación y empoderamiento, buscando que la persona no solo controle los síntomas, sino que también logre una vida plena y significativa. Esto contrasta con modelos más antiguos que se centraban únicamente en la reducción de síntomas y la contención.
Aquí te detallo cómo se fomenta la autogestión en otros países, especialmente en aquellos con sistemas de salud mental más desarrollados:
1. Modelos de Atención Comunitaria Integrados
En lugar de grandes hospitales psiquiátricos, la tendencia es hacia servicios de salud mental basados en la comunidad. Estos incluyen:
- Equipos de tratamiento asertivo en la comunidad (ACT - Assertive Community Treatment): Equipos multidisciplinarios (psiquiatras, enfermeros, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales) que visitan a los pacientes en sus hogares o en la comunidad. Proporcionan un apoyo intensivo y flexible, adaptándose a las necesidades individuales y ayudando en la vida diaria, el manejo de la medicación, el empleo y las relaciones sociales. Se han demostrado efectivos en la reducción de hospitalizaciones y la mejora de la estabilidad.
- Centros de día y programas de rehabilitación psicosocial: Espacios donde los pacientes pueden desarrollar habilidades sociales, vocacionales y de vida diaria. Se enfocan en la rehabilitación cognitiva, la gestión de síntomas, la búsqueda de empleo y la integración social.
2. Enfoque en la Recuperación (Recovery-Oriented Care)
Este es un paradigma central en muchos países, especialmente en el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Australia. Se basa en la creencia de que la recuperación es posible y significativa, incluso con síntomas persistentes. Los pilares incluyen:
- Esperanza: Fomentar la creencia en la capacidad de la persona para vivir una vida plena.
- Empoderamiento: Ayudar al paciente a tomar decisiones sobre su propio tratamiento y vida, promoviendo la autodeterminación.
- Responsabilidad personal: Reconocer que la persona tiene un papel activo en su proceso de recuperación.
- Roles sociales significativos: Apoyar la reintegración en la comunidad a través de roles de estudiante, trabajador, amigo, familiar, etc.
3. Educación y Psicoeducación (para el paciente y su familia)
- Programas de psicoeducación estructurados: Enseñan a los pacientes y a sus familias sobre la esquizofrenia, sus síntomas, el tratamiento (medicación y terapias), estrategias de afrontamiento, detección temprana de recaídas y manejo de crisis. Esto empodera al paciente para reconocer sus señales de alarma y actuar proactivamente.
- Desarrollo de planes de crisis o planes de bienestar: Documentos creados por el paciente, con apoyo del equipo de salud, que detallan cómo manejar las crisis, a quién contactar, qué medicación usar y qué estrategias de afrontamiento son útiles.
4. Apoyo entre Pares y Grupos de Autoayuda
- Defensores y "pares" con experiencia vivida: Personas que han superado desafíos similares y ofrecen apoyo, esperanza y orientación. En muchos países, los "pares" o "expertos por experiencia" son parte del equipo de salud mental.
- Grupos de apoyo: Espacios donde los pacientes pueden compartir experiencias, aprender de otros, reducir el aislamiento y fortalecer su sentido de comunidad. Organizaciones como la National Alliance on Mental Illness (#NAMI) en EE. UU. o "Rethink Mental Illness" en el Reino Unido, ofrecen una amplia red de apoyo.
5. Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)
- El uso de aplicaciones móviles, plataformas en línea y telemedicina para monitorear síntomas, recordar medicación, acceder a terapia o conectar con grupos de apoyo. Proyectos como "m-RESIST" en Europa exploran cómo las nuevas tecnologías pueden mejorar la #autogestión en casos de #esquizofrenia resistente.
6. Rehabilitación Cognitiva y Funcional
- Entrenamiento en adaptación cognitiva (CAT): Programas que utilizan apoyos ambientales (alarmas, listas de control) para ayudar a los pacientes a compensar déficits cognitivos y mejorar la vida independiente.
- Entrenamiento en habilidades sociales: Ayuda a los pacientes a mejorar sus interacciones, comunicación y manejo de situaciones sociales.
- Apoyo al empleo y la educación: Programas que facilitan la inserción laboral y la continuación de estudios, reconociendo que el trabajo y la educación son fundamentales para la recuperación y la autogestión.
A pesar de estos avances, la implementación y el acceso a estos servicios varían significativamente entre países y regiones. El estigma, la falta de financiación y la escasez de profesionales capacitados siguen siendo desafíos importantes a nivel mundial. Sin embargo, la tendencia clara es hacia un enfoque más centrado en la persona, empoderador y comunitario para la autogestión y autocontrol de la #esquizofrenia.
En concreto, la citada Ley 26.557 le quita preeminencia en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad mental al profesional médico; habilita a un psicólogo a diagnosticar psicopatologías, a internar y a externar. El estatuto del psicólogo dice que no puede medicar pero esta ley lo autoriza. En un juicio, quedaría a criterio del juez decidir qué ley toma como referencia.
“La atención en salud mental”, dice el artículo 5, debe estar “a cargo de un equipo interdisciplinario integrado por profesionales, técnicos y otros trabajadores capacitados” en las áreas “de psicología, psiquiatría, trabajo social, enfermería, terapia ocupacional y otras disciplinas o campos pertinentes”. El problema no es la interdisciplinariedad, sino la indeterminación de las incumbencias de cada especialidad, en una norma que establece el abordaje interdisciplinario en los tratamientos psicofarmacológicos (art. 12), la evaluación diagnóstica para decidir una internación (arts. 15); El artículo 16, por ejemplo, fija como requisito para una internación “la firma de al menos dos profesionales” del establecimiento, “uno de los cuales debe ser necesariamente psicólogo o médico psiquiatra”; El artículo 22 de la Ley establece que “toda persona internada involuntariamente” tiene “derecho a designar un abogado”, pero “si no lo hiciera, el Estado debe proporcionarle uno desde el momento de la internación”; “el alta, externación o permiso de salida” (art. 23), y hasta la declaración judicial de inhabilitación o de incapacidad" (art. 42).
Es muy lastimoso e intrigante ver hoy como espectáculo televisivo a esos pacientes, enfermos mentales que son tratados como si padecieran el síndrome de Diógenes, o personas con niveles brutales de agresividad extremas psicopáticas.
Sindrome de Diogenes: Este es un trastorno del comportamiento que suele darse en las personas mayores de 50 años y que se caracteriza principalmente por la acumulación de objetos, desperdicios y basura en la propia casa. Se da en personas que tienen una dificultad muy grande para deshacerse o separase de sus bienes y posesiones. Sin importar el valor real que tengan estos objetos, para estas personas son muy importantes. Diógenes de Sínope, fue un filósofo de la antigua Grecia. La historia siempre lo relacionó con este sindrome, aunque el filosofo no acumulaba nada en su vida y predicaba la autarquía.
La adicción a los psicofármacos, también llamada adicción silenciosa, afecta a tres niveles: el fisiológico, porque el cuerpo pide más dosis; el cognitivo, debido a que el pensamiento de la persona se centra en conseguir o consumir las pastillas; y el conductual, porque algunas personas realizan acciones que nunca harían si no tuvieran adicción.
Los síntomas para identificar un uso abusivo de estas sustancias son el aislamiento, los cambios de actitud o de humor, abandono de actividades habituales, pérdida o deterioro de las relaciones humanas y los problemas en sus relaciones sociales y/o laborales.
Cuando se habla de la dependencia a determinadas sustancias, es frecuente no considerar los fármacos que usados desproporcionadamente pueden causar un proceso adictivo importante y difícil de controlar. Entre ellos se encuentran los utilizados para reducir la ansiedad (ansiolíticos) o para inducir el sueño (hipnóticos), como las benzodiazepinas.
La historia de las adicciones va unida a la del ser humano. A finales del siglo XX surgió un nuevo tipo de adicción caracterizada por no ser una dependencia a drogas clásicas, como el alcohol o el tabaco, ni a drogas sintéticas u otro tipo de sustancia, sino a actividades y comportamientos cotidiamos que convertidos en adicción impiden llevar una vida satisfactoria. Existen hábitos de conducta aparentemente inofensivos que pueden convertirse en adictivos e interferir gravemente en la vida cotidiana de las personas afectadas. Quienes padecen una adicción sin sustancia, no pueden dejar de repetir una conducta (jugar, apostar, entrar en las redes sociales, comprar compulsivamente, etc.) una y otra vez.
- Alucinaciones: Sensaciones sensoriales (visuales, auditivas, etc.) que no tienen una base real.
- Pensamiento desorganizado: Dificultad para expresar ideas de manera lógica y coherente.
- Comportamiento desorganizado: Conductas que no siguen un patrón lógico o social.En el trastorno delirante, el delirio persecutorio puede ser el único síntoma principal, sin las otras características psicóticas de la esquizofrenia.