Procesos Migratorios Actuales
Es importante generar estrategias que promuevan la diversidad cultural de las personas en situación de movilidad humana, que a su vez faciliten espacios para la construcción de comunidades que compartan identidades culturales en los países de acogida.
En los tantos idiomas que hablamos en el mundo nos sobran palabras para expresar lo que sentimos cuando, de un día para otro, perdemos algo tan importante para nosotros como lo es nuestra identidad cultural. Nuestras tradiciones, nuestra gastronomía, nuestra música, nuestro idioma, así como nuestras formas de ver el mundo, forman en gran medida quiénes somos.
La identidad cultural es importante por varias razones. En primer lugar, proporciona a las personas un sentido de pertenencia a un grupo. Esto puede ser particularmente importante para las personas en situación de movilidad humana o que pertenecen a una minoría cultural dentro de una sociedad más grande, ya que puede generar afectaciones psicosociales en el que se produzca una sensación de duelo por haber dejado el país de origen, la familia y amigos, lo que provoca una sensación de nostalgia y tristeza. Además, las personas pueden sentir ansiedad e incertidumbre debido a la adaptación a un nuevo ambiente, la necesidad de aprender un nuevo idioma, el enfrentamiento a nuevas costumbres y formas de vida, entre otros.
Al identificarse con su cultura, las personas pueden sentirse más conectadas y seguras en su entorno. Además, la identidad cultural también es importante para la preservación de la diversidad cultural. Cada cultura cuenta con una gran riqueza en su propia historia, tradiciones, lenguaje, música y arte que son únicos y valiosos. Al valorar y preservar estas diferencias culturales, se enriquece la sociedad en general y se evita la homogeneización cultural. Otro aspecto importante de la identidad cultural es que puede ser un factor clave para la autoestima, al igual que el bienestar psicológico de las personas. Cuando las personas están conectadas y orgullosas de su cultura, pueden sentirse más seguras, confiadas en su propia identidad. Esto puede llevar a una mayor autoaceptación y autoestima, lo que a su vez puede tener un impacto positivo en su salud mental y emocional.
