La escritora argentina Karina Salazar, quien vive en Suiza, realizó una investigación durante dos años entre expatriados de diferentes nacionalidades y lo convirtió en un libro ideal para quienes desean emigrar.
Karina Graciela Salazar vivió en San Telmo, un clásico barrio de Buenos Aires hasta que en 1999 decidió emigrar. Su destino: Lucerna, Suiza. Allí se casó con un suizo y enseguida consiguió trabajo.
Además, estuvo viviendo en el Reino Unido y en Francia. Y a finales de 2008 regresó a Argentina para tomarse un año sabático durante el cual también recopiló experiencias sobre el regreso y “el deber” de adaptarse nuevamente a las viejas costumbres. Todas esas vivencias, como la de los expatriados de distintas nacionalidades, la llevaron a escribir el libro: “¿Emigrar? Consejos de expatriados”, una obra que ayuda a quienes están pensando emigrar, a sus familias que se quedan y para quienes quieran casarse con un extranjero.
Emigrar es un hecho tan terminante como transitar por el dolor de perder a un ser querido y desarraigado como mudarse de casa. Muchos quieren emigrar hartos de la situación en su país porque suponen que en ‘la tierra prometida" todo les va a ir mejor, pero realmente, ¿todo es mejor viviendo del otro lado del continente?.
Cuando la escritora decidió explayarse sobre el tema lo hizo con un propósito: hablar sobre las vivencias de cada expatriado. “El exilio es difícil sea por los motivos que sea, tanto si se va porque se está cansado de la situación del país, por inseguridad, porque no se consigue trabajo o porque consiguió un trabajo con buena remuneración”.
Y plantea Zalazar que hay que prestar atención a esa situación, no sólo por sus vivencias sino de muchos otros emigrados de diferentes nacionalidades. “El argentino es muy familiero y le encanta estar rodeado de amigos. Cuando uno emigra eso no existe. Puede pasar meses muy solo. Aunque vayas con un trabajo en blanco, y más aún si se habla otro idioma”.
“Quien te promete algo como si fuera la ‘tierra prometida’ es trata de personas. Nadie puede prometer nada. Nadie puede ser tan simpático como para hacerte todo tan fácil, sacarte una visa porque tenés cara linda”, aconseja.
A la vez, que resalta que los países buscan profesionales con un alto nivel académico o con oficios que casi no existen, como carpintero, plomero, electricista o pintor. “Los oficios manuales de los que no se consiguen aprendices y los buscan en otros países”, subraya..
“En Suiza, la gente que aplica para ser asilado no trabaja. Pueden pasar años con la misma situación legal de asilados, obligados a vivir en un bungalow. Te dan algo de dinero para moverte, pero es muy complejo”, explica Zalazar.
Para quienes huyen de su país para salvar su vida, como las mujeres y los niños de Ucrania, es mejor que nada. “En mi libro hablo de esto porque sé que en Argentina aconsejan aplicar como asilado político y para hacerlo tienen que demostrar que tiene que salvar su vida, no que buscan un trabajo”, remarca.
Por eso, recomienda, a quienes están pensando migrar, cambiarse de provincia: “Hay pueblos que buscan pobladores y es una alternativa para la gente que no quiere dejar el país, pero quiere cambiar de aire”.
En el plano musical, Salazar es soprano y empezó su formación durante su juventud. Así, señaló: «Yo cantaba en Buenos Aires en un coro de iglesia. Pero cuando llegué a Suiza, años después, empecé a tomar clases de canto y la profesora me dijo para estudiar canto lírico porque tenía condiciones».
No obstante, una de las particularidades es que canta en diferentes tipos de eventos, entre los que se encuentran también los funerales. En relación a ello, manifestó que «en Europa se le dan mucho más tiempo a los funerales y se usa mucho hacer una misa y por eso es que canto en los funerales».
En sus comienzos, mientras todavía vivía en la Argentina, la música era más bien un hobby en la vida de Karina Salazar. Sin embargo, poco a poco su pasión por este arte creció y decidió dedicarle más tiempo ya en modo profesional.
En relación a su carrera, la entrevistada reflexionó sobre la importancia de llevar adelante los sueños que se tienen en la vida, a pesar de las dificultades que puedan presentarse.
«Yo siempre digo que nunca es tarde. Mientras que tengamos vida, uno tiene que hacer lo que le guste y más si puede trabajar de eso o si trabaja durante la semana y los fines de semana hace esa actividad que tanto le gusta y que tanto disfruta», consideró la soprano.
En ese sentido, la cantante lírica anticipó cuáles son los proyectos que prepara para su futuro artístico. De esta manera adelantó y comentó que «estoy trabajando en un CD que se llama «La Guardia Suiza Pontificia» y estoy preparando un álbum de música épica, pero con un twist de toques del medioevo».
Seguimos aprendiendo juntos-