Jornada tras jornada, el indígena salvadoreño Leonel Shunico espera a que salga la Luna para poder recolectar hojas que caen del árbol de cacao, un elemento natural y delicado que será la materia prima para crear extraordinarias obras de arte en honor a sus ancestros #Nahuapipi
En busca de preservar sus raíces y mostrar sus obras en cualquier parte, Shunico decidió utilizar la técnica del calado de hojas para diseñar objetos como lámparas, vitrales, accesorios, etcétera.
"Yo lo que hago es esperar e incluso, a veces, busco lunaciones para recoger las hojas porque llevan también ese toque que cuando la savia está más densa o menos densa; entonces, buscamos la hoja que tenga la dureza o la rigidez necesaria y el espesor necesario para elaborar las piezas", explicó Shunico a Xinhua.
Asimismo, explicó que el alma de cada objeto es totalmente ancestral, pues el cacao es un árbol sagrado para su comunidad y, por ende, todo lo que conlleva su fruto, floración y las hojas son parte del regalo que les ofreció Quetzalcóatl, dios creador del hombre.
"El alma de las piezas es totalmente ancestral. El cacao aún sigue siendo uno de los árboles sagrados para nuestra comunidad porque nos contaban nuestros 'tatas' (líderes indígenas) que la bebida que sale del cacao era única y exclusivamente para los dioses, pero el dios Quetzalcóatl se apiadó de la humanidad, de vernos tan cansados, de tanto trabajo, que decidió regalarnos la semilla", dijo el artesano a la prensa.
Este artesano residente en la ciudad de Izalco, Sonsonate, encontró en las hojas secas de los árboles cacao y maquilishuat su materia prima para creaciones que, con un toque de imaginación y colorido, se convierte en objetos de exposición.