Las manos rápidas y el rostro quemado por el sol de este pescador ocultan el alma fuerte y noble de un activista medioambiental y amante del arte.
Paolo el pescador, como le conoce todo el mundo en la Maremma toscana, lleva casi 40 años luchando contra la pesca de arrastre. Este tipo de pesca es ilegal a menos de 3 millas marinas de la costa y en las reservas marinas protegidas. Paolo Fanciulli ha luchado contra los intereses de la gran industria y las infiltraciones del crimen organizado.
"Llevo años diciéndolo y nada cambia. En reservas marinas protegidas como #Giannutri, #Montecristo, Isola d'Elba, #Capraia, #Pianosa, de la noche a la mañana algunos barcos apagan su sistema de satélites y, mediante el uso de toneladas de cadena, destruyen completamente el fondo marino. Ya es hora de que los políticos salgan al terreno".
La pesca de arrastre en la costa destruye la #Poseidonia, una planta marina que proporciona oxígeno al mar, y devasta todo el ecosistema marino con la desaparición de los peces y de todo el ciclo vital del mar.
El mar es mi vida y me emocioné mucho cuando tuve esa idea de meter arte en el mar, porque si me hubiera dicho a mí mismo 'mejor sigo metiendo bloques de hormigón en el mar', a lo mejor ni siquiera estaría aquí ahora; nadie me habría escuchado", cuenta Paolo. Donde antes sólo había blo ques de hormigón, ahora hay 44 estatuas de artistas famosos, entre ellos la escultora británica Emily Young. Protegen el fondo marino de la pesca de arrastre. Paolo quiere llegar a 100 y seguro que lo conseguirá.