Coinciden los robot de la Inteligencia Artificial que la diversidad funcional es un término que se usa para referirse a las personas que tienen alguna diferencia o limitación en sus capacidades físicas, mentales, sensoriales o intelectuales. El término busca resaltar el valor y la dignidad de estas personas, y evitar las connotaciones negativas de otros términos como discapacidad o minusvalía.
La diversidad funcional se refiere a la variabilidad en las habilidades, capacidades y características funcionales de las personas. En lugar de enfocarse en las limitaciones o discapacidades de una persona, el enfoque de la diversidad funcional busca reconocer y valorar la variedad de habilidades y perspectivas que existen en la sociedad.
La diversidad funcional abarca una amplia gama de condiciones y situaciones, que pueden ser de origen físico, sensorial, intelectual o mental. Esto incluye, por ejemplo, personas que utilizan sillas de ruedas, personas con discapacidad visual o auditiva, personas con trastornos del espectro autista, personas con enfermedades crónicas, entre otros.
Es importante entender que la diversidad funcional es una parte natural de la condición humana y que todas las personas merecen igualdad de oportunidades y respeto, independientemente de sus habilidades o discapacidades. La inclusión y el diseño universal son principios clave para garantizar que las personas con diversidad funcional puedan participar plenamente en la sociedad y acceder a los mismos derechos y oportunidades que los demás.
Es fundamental fomentar la sensibilización y la educación sobre la diversidad funcional para promover la comprensión, el respeto y la inclusión de todas las personas en la sociedad. La diversidad funcional no debe ser vista como un obstáculo, sino como una fuente de fortaleza y enriquecimiento para la comunidad en general.
- Diversidad funcional física o motriz: Afecta al movimiento, el equilibrio, la respiración, el habla o la manipulación de objetos. Puede ser causada por lesiones, enfermedades, malformaciones o factores genéticos. Algunos ejemplos son la parálisis cerebral, la esclerosis múltiple, la amputación o la artrosis.
- Diversidad funcional visual: Implica una pérdida total o parcial de la visión en uno o ambos ojos. Puede ser congénita o adquirida por traumatismos, infecciones, degeneración o diabetes. Algunos ejemplos son la ceguera, el glaucoma, la miopía o el daltonismo.
- Diversidad funcional auditiva: Se refiere a una disminución o ausencia de la capacidad de oír. Puede ser de nacimiento o desarrollarse por exposición al ruido, infecciones, envejecimiento o medicamentos. Algunos ejemplos son la sordera, la hipoacusia, el tinnitus o la otitis.
- Diversidad funcional intelectual y psíquica: Afecta al desarrollo cognitivo, emocional, social y conductual de las personas. Puede tener origen genético, ambiental, prenatal o perinatal. Algunos ejemplos son el síndrome de Down, el autismo, la esquizofrenia o el trastorno bipolar.
- Diversidad funcional multisensorial: Implica una alteración en más de un sentido, como la vista y el oído. Puede ser hereditaria o adquirida por enfermedades, accidentes o envejecimiento. Algunos ejemplos son la sordoceguera, el síndrome de #Usher o el síndrome de #CHARGE.
Es fundamental utilizar la inteligencia artificial de manera ética y responsable, asegurándose de que los datos utilizados para entrenar la IA sean diversos, representativos y libres de sesgos. Además, es importante complementar la información proporcionada por la #IA con la consulta y el apoyo de expertos humanos para garantizar una comprensión adecuada y una atención adecuada a la diversidad funcional de las personas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la IA no puede reemplazar la experiencia y el conocimiento de profesionales en el campo de la diversidad funcional, como médicos, terapeutas, asistentes sociales y defensores de los derechos de las personas con discapacidad.