El Código Alimentario Argentino es un manual y reglamento técnico que establece las normas para la producción, comercialización, etiquetado, elaboración y distribución de productos alimenticios. El Código cuenta con distintos capítulos destinado a distintos alimentos y sus variantes.
Este manual se encuentra en actualización constante y abarca desde buenas practicas de manipulacion e higiene, conservación y tratamientos, condiciones de los establecimientos, normas de rotulación y aditivos de los productos.
El CONAL es el organismo encargado de actualizar y modificar el CAA. El agua no es insípida. Los minerales le dan sabor. Tampoco es incolora y en cuanto a que es inodora, las aguas de la Argentina son de baja mineralidad, por lo que no tienen aromas. Hay aguas con bajos o altos sodios.
El gusto del agua en Argentina puede variar dependiendo de la zona y de la fuente de suministro, pero hay algunas características generales a considerar:
- Cloro: En las grandes ciudades, especialmente en Buenos Aires, el agua del grifo suele ser tratada con cloro para garantizar su potabilidad. Esto puede dejar un ligero sabor y olor a cloro, que algunas personas encuentran desagradable. Dejar reposar el agua en un vaso por un rato puede ayudar a que el cloro se evapore un poco.
- Minerales: El contenido mineral del agua también puede influir en su sabor. En algunas zonas, el agua puede ser “dura” (con alto contenido de minerales como calcio y magnesio), lo que puede afectar el gusto y dejar residuos de cal.
- Infraestructura: En edificios antiguos, la condición de las tuberías (por ejemplo, si son de plomo) o los tanques de agua mal mantenidos pueden impactar el sabor y la calidad del agua, incluso si el suministro general es bueno.
- Zonas rurales: Fuera de las grandes ciudades, especialmente en áreas muy rurales, la calidad y el sabor del agua pueden ser más variables. En estos casos, es más recomendable preguntar en el alojamiento si es seguro beber el agua del grifo o optar por agua embotellada.
En general, el agua del grifo en las principales ciudades de Argentina es considerada segura para beber, aunque el sabor puede no ser del agrado de todos, tanto para locales como para turistas. Muchos argentinos beben agua de la canilla sin problemas, mientras que otros prefieren comprar agua embotellada o usar filtros por el gusto o por precaución.