Obesidad: De Condición a Enfermedad Crónica

La obesidad ha dejado de ser vista meramente como un problema de voluntad o estilo de vida. Hoy, la medicina la reconoce como una enfermedad metabólica crónica, compleja y recurrente (adipopatía). Este cambio de paradigma, impulsado por una comprensión más profunda de la biología del apetito y la saciedad, ha abierto una nueva era en el tratamiento.

Actualmente, aproximadamente uno de cada ocho adultos en el mundo vive con obesidad, y la prevalencia se ha duplicado con creces desde 1990. En países como Argentina, se estima que más del 60% de los adultos mayores de 18 años presentan sobrepeso u obesidad.

Los avances más significativos se centran en tres pilares: el tratamiento farmacológico, los enfoques quirúrgicos y endoscópicos menos invasivos, y el reconocimiento de la cronicidad.


I. La Revolución Farmacológica: Análogos GLP-1

La principal novedad en el tratamiento médico de la obesidad es la aparición de los análogos del péptido-1 similar al glucagón (GLP-1). Estos medicamentos han cambiado el juego porque actúan directamente sobre la biología de la saciedad, algo que las dietas solas no pueden hacer.

  • Mecanismo de Acción: Estos fármacos imitan las hormonas intestinales que el cuerpo libera al comer. Actúan sobre el cerebro para reducir el apetito y, en el estómago, ralentizan el vaciamiento gástrico, lo que prolonga la sensación de saciedad.
  • Protagonistas:
    • Semaglutida (Nombres comerciales como Ozempic® o Wegovy®): Inicialmente desarrollado para la diabetes tipo 2, demostró una eficacia significativa en la pérdida de peso al administrarse en dosis más altas para pacientes con obesidad. Recientes estudios han demostrado que también reduce significativamente el riesgo de eventos cardiovasculares mayores.
    • Tirzepatida (de doble acción: GLP-1 y GIP): Este nuevo fármaco ha mostrado resultados aún más prometedores en ensayos clínicos, logrando porcentajes de pérdida de peso comparables, en algunos casos, a la cirugía bariátrica.

Importante: Los expertos coinciden en que estos medicamentos no son una “cura milagrosa”. Requieren indicación, receta y seguimiento médico continuo, y deben formar parte de un tratamiento integral que incluya dieta y ejercicio, ya que al suspenderlos, existe un riesgo significativo de recuperar el peso perdido.


II. Cirugía y Endoscopia: Enfoques Mínimamente Invasivos

Para los casos de obesidad severa (mórbida) o para pacientes con comorbilidades asociadas (como diabetes no controlada), las intervenciones continúan evolucionando:

  • Avances en Cirugía Bariátrica: Procedimientos como el bypass gástrico y la gastrectomía en manga siguen siendo el tratamiento más efectivo a largo plazo. Las técnicas se han perfeccionado para ser mínimamente invasivas (laparoscopía), reduciendo el tiempo de hospitalización y la recuperación.
  • Endoscopia Bariátrica: Se ha posicionado como una alternativa menos invasiva que la cirugía:
    • Balón Intragástrico: Un dispositivo temporal que se coloca en el estómago por vía endoscópica para ocupar espacio y generar saciedad.
    • Método POSE o Endosutura: Técnicas que reducen el tamaño del estómago sin cortes quirúrgicos, usando suturas por vía oral. Ofrecen una opción para pacientes que no califican o prefieren evitar la cirugía tradicional.

III. El Cambio de Paradigma: Cronicidad y Enfoque Integral

La mayor novedad conceptual es que la obesidad ya no se trata como un “evento” a solucionar, sino como una enfermedad crónica que requiere manejo a largo plazo, al igual que la hipertensión o la diabetes.

  1. Enfoque Holístico: El tratamiento moderno exige un equipo multidisciplinario: médicos especialistas (endocrinólogos, diabetólogos), nutricionistas, psicólogos y kinesiólogos. El apoyo psicológico es vital para abordar la relación emocional con la comida y los problemas de salud mental asociados.
  2. Más allá del IMC: Si bien el Índice de Masa Corporal (IMC) se sigue usando, la comunidad médica se enfoca cada vez más en la adiposopatía y el riesgo metabólico (presión arterial, glucosa, colesterol), en lugar de solo en el peso en sí.
  3. Prevención y Entornos: Los avances no son solo clínicos. Las políticas de salud pública (como el etiquetado frontal de alimentos) buscan modificar el entorno alimentario, reconociendo que la enfermedad está influenciada poderosamente por la disponibilidad y comercialización de productos ultraprocesados.

En conclusión, el campo de la obesidad está viviendo una transformación, pasando de un enfoque basado únicamente en la restricción calórica a un tratamiento basado en la biología, crónico e integral, con fármacos que ofrecen herramientas poderosas para controlar el apetito y mejorar la salud cardiometabólica.

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