Descubren que el cerebro humano está ‘programado’ con instrucciones para comprender el mundo Se trata de un ‘sistema operativo primordial’ formado por células que se autoensamblan mucho antes de que los sentidos empiecen a transmitir cualquier experiencia del mundo exterior Estas células – afirma el ingeniero biomolecular Tal Sharf, autor principal del estudio- interactúan claramente entre sí, y forman circuitos que se autoensamblan antes de que podamos experimentar algo del mundo exterior. Hay un ‘sistema operativo’ preexistente, que emerge en un estado primordial.
En mi laboratorio, cultivamos organoides cerebrales para observar esta versión primordial del sistema operativo cerebral y estudiar cómo el cerebro se construye a sí mismo antes de ser moldeado por la experiencia sensorial.«
El cerebro, como los ordenadores, funciona a base de señales eléctricas, que son las que ‘ponen en marcha’ a las neuronas. Pero saber exactamente cuándo y cómo empiezan a activarse estas señales es algo muy difícil de lograr, ya que el desarrollo temprano del cerebro humano está bien protegido dentro del útero.
Pero para eso se crearon los organoides, modelos 3D de tejido cultivado a partir de células madre humanas en laboratorio y que sirven para estudiar, sin tener que tocarlos, órganos como el hígado, los pulmones, los riñones, el intestino, el estómago… o el cerebro.
La Universidad de California, pionera e n organoides cerebrales, está desarrollando nuevos métodos para hacerlos crecer y tomar después mediciones de ellos para obtener conocimientos sobre el desarrollo y los trastornos del cerebro.
Antes del ‘imperio de los sentidos’
En concreto, los organoides han resultado ser especialmente útiles para entender si el cerebro se desarrolla en respuesta a la entrada sensorial, ya que existen en el entorno de laboratorio y no en el cuerpo. En su estudio, Sharf y sus colegas estimularon la formación de tejido cerebral de células madre y luego midieron su actividad eléctrica utilizando microchips especializados, similares a los que funcionan en un ordenador
El hallazgo de que el cerebro humano está “programado” con circuitos que se autoensamblan en un estado primordial, antes de la interacción sensorial con el mundo exterior, desafía la noción clásica de la tabula rasa. Esta idea de un “sistema operativo (OS) inicial” sugiere que la mente posee una arquitectura innata, lista para procesar, categorizar y, potencialmente, reaccionar al mundo de formas predeterminadas. Analizar este pre-cableado requiere una mirada profunda tanto a la responsabilidad individual (Psicología Forense) como a la construcción colectiva de la realidad (Sociología).
1. El Desafío a la Culpabilidad
Desde la Psicología Forense y el Neuroderecho, la existencia de circuitos primordiales plantea una revisión crítica de la culpabilidad y el libre albedrío, pilares de la responsabilidad penal.
Determinismo Neurobiológico y Mens Rea
Si los circuitos neuronales se autoensamblan para guiar ciertas tomas de decisión o respuestas emocionales —incluyendo, potencialmente, la impulsividad o la agresión—, se introduce una variable biológica previa a la experiencia social. Los estudios de neurociencia, como los derivados de Benjamin Libet, ya sugieren que el inicio de una acción puede ser detectado en el cerebro antes de que el individuo sea consciente de su intención.
- Predisposición vs. Determinación: La existencia de un OS primordial no implica la determinación absoluta delictiva, pero sí apunta a predisposiciones genéticas o estructurales. El trabajo forense debe evolucionar para evaluar si esta arquitectura inicial limitó la capacidad de control o la intencionalidad culpable (mens rea) del individuo en el momento del acto.
- Culpabilidad Atenuada: La defensa podría argumentar que un “defecto” o una configuración subóptima en el OS primordial, agravado por factores ambientales, redujo significativamente la capacidad de elección libre. Esto podría llevar a reconsiderar las sentencias bajo el concepto de culpabilidad disminuida.
- Neuro-Rehabilitación Personalizada: El conocimiento de estos circuitos iniciales ofrece la posibilidad de desarrollar modelos de intervención temprana y rehabilitación hiperpersonalizados. En lugar de aplicar terapias genéricas, se buscaría “re-cablear” o modular los circuitos disfuncionales identificados en la arquitectura neuronal básica, enfocándose en la neuroplasticidad para modificar patrones de conducta antisocial.
2. Perspectiva Sociológica: La Arquitectura de la Cohesión Social
La Sociología tradicionalmente ha enfatizado la construcción social del yo y la primacía de la cultura y el entorno. La noción de un OS primordial obliga a la disciplina a considerar cómo esta base biológica universal influye en la creación y absorción de las estructuras sociales.
Coevolución Gen-Cultura y Estructura Social
El cerebro pre-cableado no es solo un receptor pasivo, sino un marco que facilita ciertos tipos de aprendizaje y organización social.
- Andamiaje para la Cultura: El OS primordial puede ser interpretado como el andamiaje universal que permite la rápida adquisición de elementos culturales complejos, como el lenguaje, las normas morales básicas y las dinámicas de grupo (como la detección de la pertenencia al “endogrupo” o “exogrupo”). Los circuitos listos para el autoensamblaje serían la infraestructura biológica que hace posible la socialización humana.
- Universalidad de Patrones: Si la estructura cerebral para comprender la causalidad o categorizar el mundo es innata, podríamos rastrear la universalidad de ciertas instituciones o mitos sociales. Esto revitalizaría el estudio de las estructuras sociales comunes a todas las culturas, explicando por qué los humanos tienden a formar jerarquías, cooperar o desarrollar sistemas de creencias similares.
- Filtración Social de la Experiencia: La cultura (el software) se carga en el OS (hardware). Las experiencias sociales y las normas de una cultura específica (clase, género, etnia) modulan, esculpen y fortalecen las conexiones sinápticas iniciales. Las instituciones sociales no solo nos dicen qué pensar, sino que configuran cómo funciona el cerebro para percibir esa información. El reto sociológico es entender cómo la desigualdad social puede, a su vez, generar patrones epigenéticos que refinan o limitan la funcionalidad de ese OS primordial en las etapas posteriores del desarrollo.
El descubrimiento de este OS primordial refuerza la visión de que el ser humano es un producto de una coevolución indisoluble entre biología y cultura. El cableado inicial provee el potencial, pero el contexto social y legal define la manifestación de ese potencial y establece los límites de la responsabilidad.












































































